La integridad académica prevalece aún en tiempos de pandemia

A través de plataformas digitales, la modalidad de clases a distancia ha podido sobrevivir al confinamiento establecido a causa de la pandemia de la Covid-19. No obstante, aunque la distancia se ha prolongado casi un año, la integridad académica y la conservación de los valores unimetanos sigue siendo materia importante dentro del campus, razón por la cual constantemente los procesos para preservarla se evalúan y evolucionan.

Para el rector Benjamín Scharifker la integridad académica se rige por varios factores, pero indiscutiblemente el más relevante es “la honestidad intelectual”, pues aunque las instituciones académicas busquen tradicionalmente la verdad -concepto que aclara puede ser muy abstracto-, asegura que la universidad desarrolla métodos que permiten “acercarnos a la verdad con ciertas garantías”. “Es lo que hemos venido llamando el método científico: vamos desarrollando una actitud o una forma de ser académica y eso involucra rigurosidad, transparencia y sobre todo honestidad intelectual; es decir que nosotros seamos honestos en nuestros pensamientos, palabras y actos, y que vayan en la misma dirección. Que podamos justificar lo que pensamos y decimos, que seamos honestos con nosotros mismos y con nuestros interlocutores, y a partir de esa honestidad podemos desarrollar los diferentes elementos de la integridad académica”.

Y para velar y conservar dicho valor, Scharifker insiste en que principalmente todos los miembros de la comunidad universitaria deben estar comprometidos con la integridad académica y los elementos que conforman la honestidad. “Luego debe haber mecanismos que nos permitan detectar errores o desviaciones que podamos corregir porque ninguno de nosotros es perfecto y muchas veces esos errores no se cometen de forma voluntaria; sin embargo, a veces esos errores no ocurren inadvertidamente sino deliberadamente, entonces es cuando deben existir mecanismos que nos permitan detectar esos errores y desviaciones”.

La importancia de la honestidad 

Pero, para evitar que los alumnos incurran en prácticas que pongan en juego su honestidad y otros valores, la profesora Elvira Navas, decana de la Facultad de Ciencias y Artes, considera necesario “conversar sobre este tema en todas las cátedras, que cada profesor comparta con sus estudiantes estos temas independientemente de cuál sea la materia que imparta.  Hablar sobre la importancia de la honestidad cuando realizamos cualquier trabajo académico, de la importancia de no recurrir a terceros para la realización de trabajos, exámenes o proyectos, hablar sobre el plagio, en qué consiste y cómo y cuándo se cae en ello. Si hay posibilidad, incorporar en los pensa de estudios alguna asignatura que se dedique a los temas relativos a la ética o integrar este tema como parte de alguna asignatura en el primer año académico de todas las carreras”.

Foto referencial

Y para fortalecer y continuar fomentando la ética dentro del campus, se creó la Comisión de Integridad Universitaria en relación con el Reglamento de Convivencia y Régimen Disciplinario de la Universidad Metropolitana, la cual “tiene funciones de carácter consultivo, educativo y de distribución y seguimiento y, en los actuales momentos, lleva a cabo una campaña de divulgación de valores éticos, con la cual se busca propiciar actividades que promuevan la ética en la universidad, la honestidad en la educación, las características del estudiante responsable y la ética en el uso de los recursos tecnológicos, a fin de crear conciencia de la importancia que reviste mantener presente este valor aún a distancia, como se están desarrollando las actividades debido a la contingencia por la pandemia del Covid-19”.

Navas agrega que no es algo nuevo que las universidades tengan códigos de ética y honor, mientras resalta que en la actualidad son muchos los métodos para hacer que estos se cumplan. “La utilización de software especializado en la detección de plagio, comprobaciones orales del resultado de la evaluación, exámenes orales, y si nos vamos a la educación en línea tenemos también softwares especializados en reconocimiento biométrico para asegurar la identidad de la persona, softwares que permiten bloquear el uso del navegador mientras se realiza la evaluación, y muchos otros elementos propios de cada plataforma (LMS) que permiten detectar actos de deshonestidad académica. Pero siempre sin duda, lo más importante es la formación de nuestros estudiantes para que sean ellos los primeros en cuidar la integridad académica en las evaluaciones”.

También explica que en la facultad que dirige actualmente existe un formulario con cuatro preguntas “donde se invita al estudiante de forma voluntaria a suscribir el compromiso de comportarse de acuerdo a nuestro Código de Ética evitando caer en conductas de fraude académico y falta a la integridad académica. En cada sección de cada asignatura, el profesor invita a sus estudiantes a suscribirlo como una forma de dejar por escrito el compromiso de cumplir con esas cuatro afirmaciones. En este caso, este compromiso se extiende solo al alumnado, teniendo como principio que los profesores tienen el reglamento de convivencia, el cual se comprometen a cumplir, al igual que el Código de Ética”.

El confinamiento ha producido una desmotivación muy fuerte

Sobre los retos que los estudiantes han tenido que lidiar durante el confinamiento y que han afectado el rendimiento académico, Victoria Quintero, consejera académica de la Universidad, expresa que “han sido la falla de servicios, específicamente electricidad e internet, que nos obligan a resolver de forma rápida las situaciones y muchas veces nos hace no parar a meditar si lo que se está haciendo es correcto; y por otro lado, el confinamiento ha producido una desmotivación muy fuerte y generalizada, que nos ha puesto en una posición donde quizás hacemos las cosas solo para salir del paso”.

Sin embargo, añade que estos factores no justifican que se cometan infracciones que violen los códigos de ética de la Universidad, pues lo importante es “buscar la manera de hacer que la experiencia y el esfuerzo sea amen

o para todos”. Para ello, aclara que la Unimet no solo cuenta con los integrantes de la Federación de Centros de Estudiantes, también destaca que hay profesores, incluyendo directores de escuela, jefes de departamento y decanos, preocupados por el desenvolvimiento y la salud mental de los estudiantes. Por último, recuerda que los integrantes de la Dirección de Asesoramiento y Desarrollo Estudiantil están “siempre atentos y a la orden para prestar apoyo a quienes lo necesiten”.

Quintero recuerda que, al momento de presentarse situaciones irregulares con profesores de la institución, lo primero que se debe hacer es acudir a las vías regulares. “Cada vez que nos escriben para comentar o denunciar alguna situación recomendamos que primero se hable con el profesor, si no existe respuesta satisfactoria se acuda a la coordinación de la materia, luego al jefe del Departamento, luego al Decano y, por último, a la Vicerrectora Académica. Sobre todas estas personas reposa la gestión académica de la universidad, por lo que es necesario respetar cada instancia. Nosotros en la FCE funcionamos como el enlace entre dichas instancias y los estudiantes, siempre trabajando sobre la base del respeto, colaboración y mediación”.

Más allá de la calificación, lo esencial es el aprendizaje

El decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Unimet, Guillermo Tell Aveledo, considera que las tentaciones siempre van a existir, sea la modalidad de estudio que sea y sin importar si se está atravesando una pandemia o no. Pero, más allá de eso recalca que hay un factor que puede hacer que muchos recurran a estos actos y es la obsesión por lograr una meta sin importar el cómo; por ello recuerda siempre a los estudiantes que no es la calificación lo importante, sino en evaluar “su curso en el sentido de lo que aprendieron y no aprendieron, si cambiaron su visión de algunos temas o no, porque si no, las asignaturas no tienen mayor sentido”. “Hay algo importante que decir y recordar a las personas: más allá de una calificación, lo esencial es justamente el aprendizaje, es justamente recibir contenidos y competencias. Las calificaciones solo te llevan hasta cierto punto y son útiles hasta algún punto de la vida, no te las van a estar preguntando toda tu vida ni van a estar condicionando todos tus éxitos. Es bueno tener la mejor nota, pero no es eso lo que determina el valor de una persona. En ese sentido creo que la fuente esencial de la deshonestidad académica es la obsesión con el diploma, el trámite; no es el mecanismo de lo fácil, es que la meta en sí misma se hace tóxica, entonces estamos persiguiendo un norte para poder avanzar cuál si fuera un código de trampa en un juego de video, porque lo que importa es pasar al otro nivel sin importar lo que hice”.

Para Aveledo es importante recordar que cuando se habla de integridad académica no solo se hace referencia al estudiante, también engloba a profesores y a todos los miembros de la comunidad universitaria. “Nosotros tenemos que exigirnos el tener apego y tener también una actitud transparente. No son solo los estudiantes los que deben demostrarle a los profesores que han hecho sus trabajos o han cumplido con sus asignaciones, también los estudiantes tienen el pleno derecho de exigir a los profesores que tengan apego. Y si un estudiante tiene un cuestionamiento a la forma como un profesor le corrige, pues los estudiantes tienen pleno derecho de pedir y hacer el planteamiento y el profesor tiene derecho a responder y debe justificar”.

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