Economistas debatieron sobre carga fiscal y tributaria en Venezuela en la UNIMET

Todos coinciden en que hay una sola salida: la progresiva recuperación económica del país será clave para la eficacia de una política de recaudación de impuestos. Pero hay más: economistas sostienen que deben plantearse reformas en la política fiscal para que el cobro sea justo y equitativo y que ofrezca incentivos sin perjudicar a los ciudadanos y a las empresas. 

A esas conclusiones llegó un nutrido panel de once expertos en economía y derecho tributario reunidos el pasado 28 de febrero por la Facultad de Estudios Jurídicos y Políticos de la Universidad Metropolitana (UNIMET) y la Asociación Venezolana de Derecho Tributario en el Auditorio Manoa de la Biblioteca Pedro Grases de la UNIMET. Allí realizaron el foro “Presión tributaria y carga fiscal en Venezuela”.

Los especialistas hablaron sobre los desafíos de la recaudación de impuestos en el contexto económico actual del país, plantearon propuestas para reformas tributarias que mejoren la recaudación sin distorsionar la economía,  analizaron el impacto de la carga fiscal para los contribuyentes y resaltaron la importancia de la armonización como un elemento de la política fiscal eficaz. 

Durante el evento, el economista y decano de FACES de la UNIMET, Luis Oliveros, expuso el panorama de la situación económica de Venezuela y detalló que el Gobierno de Nicolás Maduro tiene como objetivo recaudar más impuestos. 

“El año pasado el Gobierno registró un incremento histórico en recaudación cerca de 25% que se traducen en 5.750 millones de dólares, y la meta del Gobierno este año es alcanzar los 10.000 millones. Según cifras del Seniat, en enero de este año, se recaudaron 566 millones de dólares; sin lugar a dudas, el Gobierno tiene entre ceja y ceja seguir recaudando. Es un año electoral, hay contexto de sanciones y Maduro necesita una recaudación tributaria fuerte, robusta, para financiar, entre otras cosas, campañas electorales”, sostuvo Oliveros. 

Oliveros mantiene que desde el año pasado se ha registrado un crecimiento de la economía, pero esta recuperación aún está por debajo de los indicadores que registraba hace diez años. Si bien aseguró que el tamaño del Estado se redujo con la crisis, la preocupación del Gobierno actual estriba en la financiación de esa reducción del Estado que impide que haya una provisión de servicios públicos óptima y delegue a los ciudadanos atender problemas que antes resolvía el Gobierno. 

El economista resaltó que la producción petrolera aumentó para 2023 pero resalta que la actividad de la industria aún puede verse comprometida por las sanciones administrativas de Estados Unidos. “En ese esenario es que vuelve aparecer el hambre del Estado por tratar de cobrar impuestos, y eso preocupa de cara a una economía que está creciendo por debajo de lo que debería y la demanda de personas, empresas y el sector público que necesitan ese dinero para invertirlo”.  

Por su parte, Litsay Guerrero, economista de la Universidad Monteávila, señaló que el Estado venezolano se ha volcado a cobrar impuestos por la imposibilidad de endeudarse en el mercado financiero internacional. 

Citó datos del Índice de Gasto Público para América Latina y El Caribe en el que destacó que la falta de datos oficiales sobre el presupuesto de Nación y su ejecución impidieron que el país siguiera fuera de la lista de la medición. Sin embargo, resaltó Guerrero, según sus estudios, que Venezuela está en el último lugar en materia de gestión de presupuesto. “La gestión ha sido extremadamente pobre”, enfatizó. 

En materia tributaria, sostuvo que el Índice de Burocracia de América Latina 2022 señaló que Venezuela lidera la lista de países cuyos empresarios y contribuyentes invierten más horas para gestionar diligencias relacionadas con pagos de impuestos, incluso por encima de países como Argentina y República Dominicana, cuyas naciones también registran escenarios complejos en sus economías. 

“En el caso de Venezuela, el promedio ponderado, dependiendo del sector económico, se llevan más de mil horas al año; y en términos tributarios, tenemos las horas y años de cada país, Venezuela registra más de 400 horas y esto puede variar dependiendo del sector”

Richard Obuchi, economista y profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), comentó que para el Gobierno recaudar impuestos ha sido una forma sencilla para cubrir los déficit. Señaló que el aumento de los tributos luce como una solución a la crisis, pero las cargas fiscales producen encarecimiento de los servicios. 

Obuchi mencionó que el país tiene la carga fiscal más alta de Latinoamérica. “Venezuela está lejos de tener una carga fiscal baja. La carga fiscal, tomando en cuenta impuestos nacionales y otras variables, termina rondando en 70% del equivalente de las ganancias de las empresas, lo que va traer como consecuencia que eventualmente las empresas cierren, se agudice el problema de que las compañías empleen menos personas y se siga priorizando una economía donde lo importado es mejor, y en ese proceso hay una enorme destrucción de capital social y económico”, explicó. 

A su juicio, Venezuela es un país complejo para el pago de impuestos. Dijo que un estudio del Banco Mundial, incluso, pone a la nación en una posición poco alentadora. “El Gobierno debería tener poderosos incentivos para mejorar el pago de impuesto, de tal forma que se estimule el cumplimiento y evitar la evasión”, comentó.

Sostuvo que Venezuela, en promedio, suma hasta 100 pagos de impuestos por año y sugirió que una reforma en la política tributaria y recaudación pasa por simplificar los trámites para que el proceso sea más sencillo para los contribuyente y la creación de una estructura de recaudación con condiciones de igualdad y equidad que, incluso, incluya al sector informal. 

“El Gobierno centra sus esfuerzos en fiscalizar a las empresas, en las cuales pesa la carga de impuestos, que cumplen con sus deberes; pero no el sector informal donde se debería cumplir con las mismas reglas, que todos contribuyan según su ingreso”.

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