Víctor Tortorici promueve el estudio de la neurociencia y la calidad de vida

Una vez más, el profesor Victor Tortorici fue distinguido con el Premio Académico Lyezer Katán a la Producción en Investigación y Creación Intelectual por su estudio en Neurociencia y Calidad de vida, una línea de investigación que abarca tres proyectos de investigación denominados: “Dolor, cáncer y alternativas para su control”; “Estudios avanzados en dolor y analgesia”; “Desnutrición y afectación cognitiva”. 

Tortorici, quien es biólogo y neurofisiólogo con una amplia trayectoria profesional en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), indica que las investigaciones que lo hicieron acreedor del prestigioso reconocimiento unimetano fueron realizadas en el laboratorio de Neurociencia, el cual coordina, y afirma que es un mérito que se extiende a sus estudiantes tesistas y ayudantes de investigación, con quienes evaluó “la participación del sistema nervioso en diferentes aspectos de nuestra vida diaria, buscando conocer la mejor forma de garantizar calidad de vida”.

“La neurociencia es la disciplina que estudia al sistema nervioso, tanto desde el punto de vista estructural, como funcionalmente. El conocimiento que de ello se deriva nos permite entender lo que sentimos, pensamos y hacemos. El abordaje actual de las neurociencias supone un enfoque multidisciplinario, con empleo de altos niveles de tecnología, para ayudarnos a comprender cómo reaccionamos ante diversos tipos de situaciones, lo cual resulta esencial para garantizar que vivamos con calidad. Esta línea de investigación sirve de base para el desarrollo de investigaciones biomédicas, psicológicas, estudios de toma de decisiones en consumo y mercadeo, estudios de medios y propaganda, realidad virtual, entre otras”, enfatiza Tortorici.

Aporte y relevancia

Para el profesor, esta línea de investigación tiene un aporte relevante en el campo, pues contribuye “al entendimiento de las bases biopsicosociales de nuestra conducta, al tratar de explicar cómo los dominios cognitivo, sensorial, emocional y motor, que se encuentran bajo el control del sistema nervioso, coadyuvan para mantener nuestro balance fisiológico y determinan nuestras acciones en procura de salud y bienestar”. 

“En lo relativo a dolor y analgesia, hemos profundizado en aspectos menos conocidos, que forman parte de las estrategias endógenas (generadas por nuestro propio cuerpo) que poseemos para tratar de controlar el dolor. Me refiero a la utilización de estrategias cognitivas, para desviar la atención que le prestamos al dolor y así tolerarlo de mejor forma y con menor intensidad. Igualmente hemos estudiado cómo la empatía ante el dolor que otra persona  experimenta puede llegar a ser determinante en el entendimiento de ese dolor ajeno. Esto tiene múltiples consecuencias, incluso para el médico tratante o el familiar que actúe como cuidador de un paciente afligido por dolor crónico. (…) Nuestras investigaciones también han abarcado el aspecto de la desnutrición infantil y sus consecuencias en términos de desarrollo cognitivo”, recalcó.

Con esta investigación Tortorici señala que se incorporan nuevas tecnologías en el campus “para analizar el funcionamiento del sistema nervioso in vivo, en humanos, ante diversas situaciones”, se motiva a la formación de la neurociencia en profesionales de la salud tanto en pregrado como de posgrado, y se contribuye al incremento de “conocimientos con relación a cómo se produce nuestra conducta, tanto la  refleja como la consciente”.

“Estamos publicando nuestros resultados en revistas de alto impacto que contribuyen a incrementar los indicadores de buen desempeño de nuestra universidad. Estamos generando alianzas estratégicas con diferentes sectores productivos, particularmente con el sector farmacéutico y el gremio médico. De igual manera, estamos procurando relaciones simbióticas con diferentes profesores que hacen vida en nuestro campus. Estamos adquiriendo la capacitación necesaria para la prestación de asesorías, entrenamientos y actividades de extensión relacionadas con el funcionamiento del sistema nervioso. De esta manera cumplimos con el encargo de nuestras autoridades de procurar un ambiente de autosustentabilidad, que resulta tan necesario en condiciones de dificultad económica”, agregó.

Por último, destacó que parte de las investigaciones, “en particular las que están asociadas a la búsqueda de nuevas alternativas para mejorar el dolor oncológico, se han realizado en conjunto con diferentes laboratorios del Centro de Biofísica y Bioquímica, y del Centro de Medicina Experimental del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Esperamos seguir contando con ese apoyo instrumental estratégico en la continuidad de nuestros proyectos”.

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