UNIMET destacó el legado científico del inventor del bisturí de diamante
El jueves 8 de mayo, el auditorio Francesca Pensieri de la Universidad Metropolitana vibró con un homenaje multidisciplinario al Dr. Humberto Fernández-Morán, genio venezolano cuyos descubrimientos redefinieron la microscopía electrónica mundial. Organizado por el Decanato de Investigación y Desarrollo Académico, el evento fusionó rigor científico y expresión artística para honrar al creador del bisturí de diamante, herramienta que revolucionó el estudio de tejidos a escala molecular.
Miriam Benhayon, decana de Investigación, moderó el encuentro destacando su doble dimensión: *»No solo celebramos logros técnicos, sino la encarnación de un ideal: ciencia como acto de amor patrio»*. Su introducción dio paso a las palabras de la rectora María Isabel Guinand, quien entretejió historia institucional y legado científico: *»Fernández-Morán sembró en el IVIC las semillas que hoy germinan en nuestros laboratorios UNIMET – esa simbiosis entre docencia e investigación es su herencia viva»*.

El giro emotivo llegó con MUSICUM. Bajo la dirección de Bartolomé Díaz, violines y cellos tejieron una sinfonía biográfica que musicalizó hitos como el diseño del ultramicrotomo y la fundación del IVIC. La pieza actuó como preludio a la semblanza del Dr. Víctor Tortorici, neurocientífico con doble vinculación UNIMET-IVIC, quien develó aspectos poco conocidos: desde sus 23 patentes internacionales hasta su rol como asesor de la NASA durante el programa Apolo. *»Su bisturí de diamante no solo cortó tejidos – diseccionó las fronteras entre física, biología e ingeniería»*, subrayó.


Luego vino el documental «Ciencia para la vida», obra de Will Romero y Edgar Padrón que dramatiza episodios clave: sus estudios en Estocolmo bajo premios Nobel, la creación del primer reactor nuclear venezolano en los 50, y su visión de convertir al IVIC en un «MIT tropical». Las imágenes de archivo mostraron al científico enseñando técnicas de crioultramicrotomía – método que permitió observar virus por primera vez.
Benhayon cerró el acto vinculando pasado y futuro: «Hoy no solo recordamos al hombre que puso diamantes en los microscopios, sino al mentor que nos enseñó que cada avance científico es un fractal de infinitas aplicaciones». Entre el público, estudiantes de ingeniería biomédica sostenían réplicas 3D del famoso bisturí, símbolo de cómo los hallazgos de ayer siguen tallando el porvenir.