Sognis en la UNIMET: “Me siento más cómoda emprendiendo en Venezuela”
Mucho que decir, pero pocos minutos. Sofía Saavedra Fernández, empresaria venezolana de la industria textil de 27 años, se va por las ramas, como se diría coloquialmente, al hablar de Venezuela y resumir su historia como emprendedora: es mucho lo que ha experimentado en ocho años de trayectoria luego de consolidar las marcas de tres tiendas de ropa reconocidas en un país complejo económicamente. Aun así, tras los obstáculos que pocos conocen, está convencida de que quedarse en Venezuela, aunque tuvo la oportunidad de emigrar y echar raíces en otro país, fue su mejor decisión: “Me siento más cómoda emprendiendo en Venezuela”, sostuvo.
Frente a más de cien estudiantes, Saavedra, mejor conocida en redes sociales como Sognis, volvió a la Universidad Metropolitana (UNIMET), su Alma Mater, para hablar y responder preguntas sobre su vida como empresaria en el país, en un evento que organizó la Federación de Centros de Estudiantes de la UNIMET (FCEUNIMET) el pasado 19 de septiembre en el Paraninfo Luisa Rodríguez de Mendoza de la casa de estudio.
Saavedra, que nació en Caracas el 28 de mayo de 1997, egresó como abogada de la UNIMET en el año 2019. Desde entonces, ya por sus venas corría la pasión por el mundo de la moda. La idea de posicionarse en la industria textil nacional, con el tiempo, la llevó a crear su primera tienda llamada Covas cuyo éxito, aseguró Saavedra, se lo debe al poder de alcance de las redes sociales. Hoy, a su lista de logros, suma dos tiendas más, Samo y Hero Activewear.
Todo empezó en Tik Tok
“Aunque no es algo que a todos les guste oír, mi éxito vino por TikTok”, admitió la joven empresaria, quien aseguró que para su promoción no ha contado con una agencia de publicidad y marketing. “El contenido que hacemos es orgánico. Entendimos que solo necesitábamos saber editar vídeos y cómo funciona Tik Tok y a echar para adelante”, señaló.
El alcance de Sognis en redes es elocuente: En Tik Tok, su ventana digital insignia, suma más 690 mil seguidores; mientras que en Instagram tiene 221 mil. En estas plataformas, ella se describe como una “workaholic de Venezuela”.
Sognis contó a los estudiantes que se apalancó en las redes para impulsar sus marcas y darse a conocer con los consumidores que compran sus prendas de vestir. Aseguró que, además de apoyarse en las plataformas digitales, su clave para alcanzar a más personas fue mostrar lo que hace en sus tiendas.
“Empezamos a mostrar nuestros procesos, como adquirimos las telas, como elaboramos los productos, y así nos acercamos más al público. En 2020, vi un vídeo que me cambió la vida: en este material entendí que los primeros tres segundos son esenciales para atraer a los consumidores y que lo importante debe decirse al inicio. Hoy la gente quiere saber de una que le vas a ofrecer”, contó.
Al mostrarse, aseguró, establecía una cercanía más genuina con la gente. “Mis marcas son cercanas al público. Hay algunas marcas que quieren verse superiores al consumidor, incluso inalcanzables; y yo no quiero eso, más bien quiero que me vean en la calle, que sientan que soy una amiga íntima, que sepan todo de mí, de mi negocio. Eso lo he logrado porque he sabido entender y conocer a mi público ideal y cómo consume”, resaltó.
Venezuela y sus playas
Al volver al tema de Venezuela, Sognis confiesó que no ha escapado de las barreras que suponen montar un negocio en el país, incluida la burocracia y procesos institucionales. “Venezuela y sus playas”, resumió entre risas.
Compartió algunas experiencias difíciles que le tocó enfrentar como empresaria como la retención de mercancías o endeudamientos. Pero, pese a las barreras y situaciones complicadas, Sognis resaltó que aprendió a ser perseverante y, en especial, a buscar el apoyo de su familia y amigos para sostenerse. “La gente cree que tuve suerte siempre”, aseguró
Sin embargo, Sognis explica que el éxito de sus dos primeras tiendas es reciente. “Yo tengo ocho años trabajando, el éxito no fue inmediato; tuve que ser perseverante, incluso hasta pedí dinero a mis papás para pagar alquiler y pasé por muchos eventos duros, que no muestro en mis redes, porque casi nadie muestra las cosas feas, sino las bonitas”.
Comentó que durante su estadía en España, en el contexto de la pandemia del COVID-19 en 2020, entendió que las cultura de otras naciones de hispanoamérica no son iguales a la de los venezolanos, ni menos el comportamiento de consumo. Conocer este patrón, para ella, significó una oportunidad para crecer en Venezuela. Pero, más allá de su visión empresarial, a Sognis lo que la ancló definitivamente en Venezuela fue su capacidad para agradecer.
“Si nos vamos todos del país ¿qué vamos a tener? Los que estamos aquí también aportamos mucho, no todos somos malos ni tenemos dobles intenciones. Mi familia llegó a Venezuela como migrante, el país los acogió y por qué no agradecer eso trabajando aquí”.