María Margarita Gamboa, una unimetana excepcional
13 fueron los años que María Margarita Gamboa luchó —con todas sus fuerzas— contra la esclerodermia sistémica progresiva, una rara enfermedad, crónica y autoinmune que le fue diagnosticada, en etapa avanzada, en 2007.
Durante todos esos años, la abogada de la Universidad Central de Venezuela (UCV), y egresada de una Maestría en Administración Mención Gerencia de Empresas de la Universidad Metropolitana (Unimet), enfrentó con coraje y optimismo la enfermedad. Hoy, 10 de julio de 2020, deja esperanzas y una fundación a favor de quienes todavía siguen tratando de ganarle la carrera a la misma enfermedad que ella padeció.
La esclerodermia sistémica se caracteriza por una alteración en la producción de colágeno que endurece la piel y órganos internos. A Gamboa, a quienes sus amigos y conocidos apodaban MM o Margara, le afectó los pulmones y luego los riñones.
MM, quien estuvo vinculada a la Unimet desde 1997, enfrentó duros desafíos para mantenerse con vida por más de una década desde su diagnóstico. Cada día vivido fue una victoria, ella lo sabía y lo celebraba con frecuencia en sus plataformas digitales, usando frases como: «que viva la vida», «la vida comienza en cada suspiro» y «la vida hay que vivirla, vivirla en serio».
Creía en los milagros y, de hecho, se presentaba a sí misma como uno, por eso nunca perdió la fe y tampoco la determinación de convertirse en una voz a favor de las personas que padecen enfermedades respiratorias y también de quienes requieren trasplante de órganos.
La Fundación Respirar es Vivir fue la plataforma desde la cual promovió, benefició y alentó actividades para mejorar la vida de pacientes con enfermedades respiratorias obstructivas crónicas —especialmente con Fibrosis Pulmonar e Hipertensión Pulmonar— en Venezuela.
Fue Embajadora Voluntaria de la Donación de Órganos de la Organización Nacional de Trasplante de Venezuela, de Life Alliance Organ Recovery Agency para la comunidad hispana del Sur de la Florida y Lifebanc en el noreste del estado de Ohio en Estados Unidos.
Usó todos los medios a su alcance para inspirar a otros —en inglés y español— con su propia historia: una de resiliencia y esperanza inquebrantables.
Quienes la conocieron lamentan hoy su partida. «Hoy profundamente triste por la partida física de nuestra queridísima amiga y profesora unimetana MM Gamboa. Ejemplo de inspiración, innovación, emprendimiento, perseverancia, entusiasmo, fortaleza…Gracias por la huella indeleble en tantas vidas mi admirada guerrera», publicó en su cuenta de Twitter, la mañana del 10 de julio, la vicerrectora académica, Mary Carmen Lombao.
También en la red social Twitter el periodista venezolano César Miguel Rondón expresó: «Nos arrasa la tristeza al enterarnos de la muerte de una mujer extraordinaria, María Margarita Gamboa. Una luchadora ejemplar por la vida y sus maravillas. Nuestro abrazo solidario para Magaly, su madre. Paz a su alma».
Decidida a respirar
Gamboa tenía 35 años y era profesora de la Unimet, con el mayor rango de la escala académica, cuando la esclerodermia le salió al paso para poner a prueba sus ganas de vivir y su capacidad de reinvención.
“Gerenciar y llevar adelante mi vida ha sido el emprendimiento más importante. He entendido esto no como una pesadilla si no como un aprendizaje. Todos venimos a aprender”, dijo refiriéndose a su enfermedad en una entrevista concedida al Miami Diario, en marzo de 2019.
Luego de que fue diagnosticada, la vida de MM cambió para siempre. La enfermedad estaba avanzada y sus pulmones muy afectados. Por recomendación de su médico tratante en Venezuela buscó la opinión de expertos en el extranjero. Los siguientes cuatro años fueron de quimioterapia y deterioro progresivo de su capacidad respiratoria.
En 2011, conectada a un compresor de oxígeno, Gamboa creó junto a su familia la campaña Respirar es Vivir —que más tarde se convertiría en fundación—con el fin de levantar fondos para costear gastos médicos.
Un trasplante pulmonar era inminente, pero en Venezuela no era viable. Confinada en su habitación, MM tocó puertas virtuales en múltiples centros de salud en el extranjero. La respuesta llegó en 2013, su caso fue aceptado por Cleveland Clinic, en Ohio.
El centro de salud estadounidense recibió a MM en septiembre de 2013. Luego de casi un año, en agosto de 2014, fue ingresada a la lista de pacientes que esperaban órganos, en su caso, dos pulmones. Para poder el costear el procedimiento, la venezolana debió reunir 800 mil dólares, que fueron levantados por amigos y familiares con la venta de más de 100 mil pulseras hechas a mano, una propiedad de su madre y lo recolectado por Respirar es Vivir.
El 24 de diciembre de 2014, luego de haber estado al borde la muerte, Gamboa despertó con un par de pulmones nuevos en el Cleveland Clinic. Los años siguientes fueron de adaptación a los nuevos órganos, cuidados extremos, y mucho trabajo en favor de pacientes con condición similar a la suya. Especialmente en Venezuela.
A través de su fundación Respirar es Vivir recaudó fondos para comprar concentradores de oxígeno y prestarlos de forma gratuita a pacientes en Venezuela, México, Guatemala y Ecuador. Entre otros muchos logros.
En 2017, a tres años del doble trasplante, su estómago y riñones comenzaron a fallar. En 2018 superó dos fallas renales, un virus pulmonar y un cáncer ginecológico. Para 2019 Gamboa requería urgente un trasplante de riñón de un donante vivo.
El cuadro se complicó más en 2020, cuando le diagnosticaron rechazo crónico de los pulmones. Y, finalmente, la mañana de este 10 de julio, la extraordinaria e inspiradora batalla de María Margarita Gamboa concluyó, no así su legado de valentía y pasión por la vida y por la gente.
“Somos tan privilegiados por estar vivos, por poder bañarnos solos, por tener un trabajo, por un montón de cosas. ¿La situación es difícil? Sí, lo es, pero yo quisiera que aprendiéramos a ser un poco más felices, que aprendiéramos a valorar la vida y que nos demos cuenta de que solo respirar es suficiente”, dijo al medio digital venezolano El Diario, a mediados de 2019.
María Margarita Gamboa ingresó a la Unimet como docente a tiempo completo en septiembre de 1997 y dictó la cátedra de Iniciativas Emprendedoras. También desde el 97 y hasta 2007 fue Coordinadora de Investigaciones. Desde que llegó a Estados Unidos, se mantuvo vinculada a la institución y fue motor de los Encuentros de Egresados que esta casa de estudio realizó en la ciudad de Miami por cinco años consecutivos. “En lo personal es parte de mi conexión con la vida y de lo más bonito de mi historia que es la enseñanza universitaria”