La Unimet celebra el 105 aniversario del nacimiento de Ramón J. Velásquez con dos foros organizados por el Celaup
El Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri (CELAUP), la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES) de la Universidad Metropolitana, la Academia Nacional de Historia, y la Fundación Bancaribe para la Ciencia y la Cultura, se unieron para celebrar el 105 años del nacimiento de Ramón J. Velásquez con la realización de dos foros “para abarcar y hablar sobre las diferentes facetas» que ejerció este insigne venezolano «en su actividad como político, abogado, periodista e historiador”.
El primero de ellos tuvo lugar el pasado 24 de noviembre. Se trata del foro virtual Ramón J. Velásquez, periodista y promotor de la COPRE. Thais Maingon, directora del CELAUP, fue la encargada de dar la bienvenida a los invitados y público que se unió a la conversación.
Por su parte, Catalina Banko, Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia, moderó la cita. “Es realmente especial presentar un evento donde vamos a hablar de Ramón J. Velásquez. Me conmueve porque me recuerda cuando junto a Ramón González vivimos aventuras editoriales. Tuvimos la experiencia de ser los que iban a su casa para que nos contara sobre sus conocimientos de la historia. Eran realmente extraordinarias”.
Ramón J. Velásquez y la COPRE
Carlos Blanco, expresidente de la COPRE y exministro de la Reforma de Estado, inició el conversatorio.
“Una de las características fundamentales del doctor Ramón J. Velásquez es que era un hombre empeñado en abrirle camino a la gente, a los jóvenes especialmente. No había mezquindad para que esas puertas que el transitaba se le abrieran a aquellos que se lo solicitaban o que él les veía potencial”, dijo Blanco y añadió que él mismo fue uno de esos a los que Velásquez le dio una oportunidad.
Sobre la COPRE recuerda que comenzó como un “intercambio creativo”. “La idea era consultar al país sobre qué tipo de cambios se requerían. Era un momento en el que el Gobierno de Jaime Lusinchi parecía dispuesto a promover reformas, como producto de esas reuniones e ideó la consulta nacional. Eran reuniones dirigidas por Velásquez en el sentido de solicitar a los invitados opiniones, propuestas, planteamientos, sobre los temas que había que reformar en el país. Esto fue cogiendo fuerza porque los invitados comenzaron a enviar progresivamente sus opiniones”.
Blanco insiste en que Ramón J. Velásquez “no hizo propuestas parciales o sectarias a sus creencias políticas, sino que hizo una propuesta absolutamente generosa, amplia, a lo largo del proceso”. Recuerda que la comisión fue designada en diciembre de 1984 y que desde entonces comenzó el trabajo.
Resalta que Velásquez persistía en que “había que escuchar al país”, razón por la que la comisión visitó, viajó y recibió propuestas de todos los sectores. “Eso creó un nuevo mapa de relaciones entre una institución del Estado que se propuso a recoger ideas para el estado”.
Resaltó que de aquel movimiento nacieron reformas como la “elección directa de alcaldes y gobernadores, la democratización de los partidos, las reformas del Consejo Electoral para que fuera más participativo, entre otros”. Sin embargo, aunque hubo una buena reacción en la población, no se recibió de la misma forma en el partido del estado, lo que llevó a la renuncia de la presidencia de la comisión de J. Velásquez.
“Era un hombre con el cual la conversación era una cátedra. Era un hombre que no solo conocía la historia, sino que la había vivido, era un hombre de historia. Esa manera de vivir la historia le dio los suficientes elementos para interpretar de manera vívida los acontecimientos en que no había participado, era un conocimiento muy global, universal. Donde lo local y lo general o global se articulaba de una manera armónica. Podía sacar conclusiones de esos procesos como enseñanzas para lo que vendría”, explicó.
Blanco también manifestó que Ramón J. Velásquez fue un hombre de consenso pero no neutral. “Era de consenso porque podía recoger y promover la convergencia de opiniones, pero tenía sus opiniones, fuertes y claras. Eso lo hizo un hombre para la crisis, para abordar un acontecimiento trágico en la historia. Esa transición que no buscó ni trabajó, que él fue el hombre al que se apeló en la circunstancias”, refirió a su interinato en la presidencia de Venezuela.
Concluyó su ponencia con una reflexión sobre cómo al recuperar la democracia, Venezuela debe volver a tener como pilar el proyecto de Reforma de Estado, de construcción del estado, que promovió Ramón J. Velásquez. Además expresó que debe volver “la descentralización, volver a que las autoridades locales, regionales, municipales expresen la voluntad ciudadana, y ahí estará por siempre el nombre de uno de sus principales inspiradores, Ramón J. Velásquez”.
Trayectoria periodística
Ramón González Escorihuela, periodista, historiador y profesor titular de la Universidad de Los Andes, señaló que Ramón J. Velásquez creció entre “aulas de clases e imprentas”. “Su padre fue periodista, escritor, maestro, y su madre fue educadora distinguida en el estado Táchira. Se cría en un ambiente de pensamientos, libros, interés”.
González destaca que el vínculo de Velásquez con la imprenta comenzó desde su niñez, cuando al salir de la escuela visitaba el la impresión del Diario Católico, para ayudar a su padre en la corrección de la prueba de imprenta. “A los 10 años ya estaba vinculado al periodismo, y colaboró en una revista que publicaban los alumnos del liceo. A los 16 años un profesor se fija en sus aptitudes para el periodismo, y viendo las cualidades lo llama y le da la jefatura de la redacción de un diario”.
Recuerda que su interés por el periodismo continuó durante sus estudios en Caracas, “en compañía de su gran amigo Leonardo Ruiz Pineda”, y termina sus estudios en el liceo Andrés Bello, donde se unió al centro de estudiantes y a la revista Futuro. Fue en esta publicación donde vivió su primera experiencia a la censura.
Pese a que en 1942 obtuvo su título de abogado, González Escorihuela evidencia que fue en esa década importante “la modernización o renovación del periodismo” y Ramón J. Velásquez tuvo un papel importante en ello.
“En 1941 al fundarse el periódico Últimas Noticias, Ramón J. Velásquez se desempeñó como reportero político. En 1943 se funda El Nacional y se convierte en elemento de referencia; estuvo presente como articulista de diferentes temas y coordina una columna de economía. También tuvo participación en el principal periódico vocero de la oposición, El País. Pero sería en Últimas Noticias en 1945 donde publica una entrevista famosa a Diógenes Escalante, en la que Velásquez revela sus planteamientos, lo que pensaba a hacer en la presidencia. Diógenes queda maravillado y le ofrece trabajar como su asesor”.
Tras el derrocamiento de Rómulo Gallegos en 1948, Velásquez es detenido y recobra la libertad en 1949.
“En 1952 obtienen el apoyo del principal partido de Jobito Villalba y editan la revista Signo, inspirada en la revista TIME de análisis, observación profunda de hechos. Ahí, a través de un lenguaje figurado, fueron una oposición al gobierno de la Junta Militar. Al llegar diciembre de 1952 y se produce el fraude, el Gobierno cierra la revista. En 1953 es detenido por la Seguridad Nacional y trasladado a la Cárcel Modelo de Caracas”.
El periodista e historiador, recordó que en el año 1955, cuando nuevamente J. Velásquez recupera su libertad, no pudo ejercer el Derecho, pues todos los casos que llevara serían congelados, razón por la que aceptó una oferta de Miguel Ángel Capriles de editar la revista Élite, pero con la condición de que su nombre no apareciera por temor a las represalias.
Nuevamente en 1956 en apresado y acusado de conspirar contra el gobierno del General Marcos Pérez Jiménez. Es liberado el 23 de enero de 1958, y Capriles le ofrece la dirección del diario El Mundo.
“El Mundo jugó un papel fundamental en la consolidación de la democracia. Y le quedó tiempo para entrar en contacto con la UCV para la creación del Centro de Estudios Históricos del Periodismo en Venezuela y el Instituto Nacional de la Comunicación”, explicó Ramón González Escorihuela.
Ramón J. Velásquez también participó en la creación de la Escuela de Periodismo en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y fue el fundador de la cátedra de Historia del Periodismo en Venezuela.
Durante los años 1984-1988 fue designado director del diario El Nacional, un rol importante para el rescate de la publicación que atravesaba una crisis pues “los anunciantes señalaron que era de tendencia izquierda y que apoyaba al gobierno de Fidel Castro”. “Velásquez se propone cambiar esta situación y le da al periódico una posición más imparcial, equilibrada, respetó la corresponsalía. Crea una página que es una renovación de la columna de opinión, y en esa página fue donde se dio a conocer Pedro León Zapata. Velásquez volvió a la dirección de El Nacional en 1989, con la renovación tecnológica de las empresas de comunicación. Le corresponde trabajar en este aspecto”.
González Escorihuela finalizó señalando que, a su juicio, Ramón J. Velásquez fue un “periodista integral porque transitó por todo lo que se puede hacer en el periodismo”. “Realizó esas actividades en marcos históricos diferentes, durante una dictadura y una reapertura de la democracia. Ramón J. Velásquez fue un periodista integral e íntegro. Tuvo siempre una clara consciencia del periodismo y ética, un espíritu amplio y abierto a todas las tendencias”.
El próximo foro tendrá lugar este 1 de diciembre a las 10:00 a.m. y analizará su legado como historiador y protagonista de la vida política. Los interesados pueden registrarse de manera gratuita en : https://bit.ly/Ramon-J-Velasquez-Historiador