Improvisto y Thespis se unieron para entretener a la comunidad unimetana
Este jueves 16 de mayo de 2024, en la sala de Teatro Thespis de la Universidad Metropolitana, los estudiantes y miembros de la comunidad universitaria disfrutaron de una función de Improvisto llena de risas y sorpresas.
Durante 30 minutos los casi 90 presentes tuvieron la oportunidad de gozar de la improvisación de los ocho actores de teatro, que además los hicieron parte del espectáculo a través de los papeles previamente llenados con frases aleatorias, preguntas, aplausos, gritos y la participación especial de una estudiante elegida al azar.
Para su primer acto, el sombrero dictaminó que el género fuera terror y que los actores incluyeran entre sus diálogos las frases que los estudiantes habían escrito minutos antes, sin ningún tipo de contexto, en pequeñas tiras de papel. Así fue como crearon una historia ambientada en un oscuro bosque, que incluía personajes clásicos como hombres lobos y ancianas aterradoras y se mezclaron con frases tan cotidianas como un pedido de perros calientes con todo.
En el segundo acto, el azar decidió que la dinámica se basara en el relato y la acción, y que el título de esta nueva aventura fuera “la venganza de la cucaracha voladora”. En seguida los actores se pusieron manos a la obra, esta vez con la participación de una estudiante del público como invitada especial. Entre risas nerviosas Alondra se unió a la escena para crear la historia de la agente Alo y su victoria en cucarachilandia al vencer a la gigantesca cucaracha voladora.
Luego llegó el tercer acto, con la expectativa del público en su nivel más alto, esta vez se trataría de un musical con el osito Luchi como protagonista. Así nació la historia de un osito de peluche aparentemente inofensivo que se había convertido en el terror de los otros juguetes.
Para finalizar, y terminar de exprimir hasta las últimas risas, los actores realizaron una ronda de improvisación flash, en la que con tan solo una frase debían interpretar lo primero que viniera a sus creativas mentes.
En tan solo 30 minutos, con un teatro absolutamente lleno, una logística impecable por parte del equipo del Teatro Thespis de la Unimet y una interpretación brillante de los integrantes de Improvisto cada una de las personas presentes no solo se rió a carcajadas, sino que continuó su jornada con una recarga de energía inigualable que solo el arte puede brindar.