Germán Biaggini: “El pensamiento disruptivo ha sido fundamental para mi labor en todos estos años”

Desde su niñez, Germán Biaggini sintió gran interés por la ingeniería. De pequeño, recuerda que jugar con legos y armar grandes estructuras como casas, castillos, aviones, barcos y edificios, era una actividad que captaba su atención y le encantaba. Su padre siempre le hacía énfasis en que tenía madera para ser ingeniero en potencia.

“Desde mi infancia desarrollé un gusto por las matemáticas, y recuerdo que ya en bachillerato, se hacían pruebas de orientación vocacional donde siempre obtenía como resultado mi tendencia para la ingeniería.  Cuando llegó el momento de las decisiones, mi inclinación estaba hacia la tradicional ingeniería civil; pero sentí una atracción, una curiosidad muy grande, hacia la que llamaban la carrera del futuro, la Ingeniería de Sistemas, y fue así como opté por ella”.

Biaggini asegura que “el tiempo le dio la razón”, pues los avances de las últimas décadas han demostrado la importancia que tiene la Ingeniería en Sistemas  en la evolución mundial. “La tecnología está presente en todos los ámbitos, estando agradecido por vivir desde el principio y a lo largo de las últimas décadas, el inimaginable desarrollo y evolución que ha tenido tecnología, desde programar con Tarjetas Perforadas hasta llegar el Metaverso”.

Fue en 1981 cuando ingresó a la Universidad Metropolitana, donde asegura que disfrutó su carrera de “principio a fin, junto con un excelente grupo de estudios”. No obstante, la vocación por la pedagogía también se manifestó a temprana edad, pues desde sus estudios, Biaggini daba preparadurías y participaba como guía en la semana de inicio de los nuevos ingresos unimetanos.

“Tuve excelentes profesores que me aportaron mucho para mi desarrollo. Mi vida en la Universidad fue intensa y amplia, el pensum de sistemas era enorme y difícil, las actividades deportivas frecuentes y variadas, las actividades de esparcimiento y recreación, como conciertos, fiestas de estacionamiento, teatro, entre otras, eran estupendas, pudiendo establecer grandes amistades de las cuales la mayoría aún permanecen intactas.  Viví la experiencia de pasantía en la Industria Petrolera Venezolana (Lagoven) y tuve el honor de haber sido seleccionado para dar el discurso de grado de mi promoción, luego de todo un gran proceso que llegó hasta el rector de aquel entonces”, comenta.

Desarrollo profesional

Tras egresar de la Unimet, el ingeniero formó parte de la Cervecería Polar, C.A., “siendo contratado por el que fue mi profesor de Base de Datos de la Unimet”. Asegura que su formación profesional comenzó durante sus años de estudios en la universidad, “en muchas dimensiones, en variadas facetas, con relacionamiento, actividades diversas, excelentes profesores, una carrera bellísima, que me permitieron desarrollar competencias personales y profesionales que me hicieron crecer como individuo”.

El agradecimiento lo expresa con la retribución, pues Germán Biaggini también ha dedicado parte de su carrera a formar a jóvenes interesados en la Ingeniería en Sistemas.

“Actualmente estoy dando Técnicas de Gestión de la Información ahora en proceso de migración a Investigación y Sustentabilidad; pero he dado Tecnologías para el Aprendizaje, Programación para las Ingenierías de Sistemas y Eléctrica, Programación para el resto de las Ingenierías, y Estructura de Datos para Sistemas.  Mi mayor dedicación a lo largo de los años ha sido en programación para todos los Pensums de los últimos 30 años. Desde Fortran IV hasta Java”, alega.

Asimismo, añade que espera mantenerse en la docencia el tiempo que pueda “además de actualizado, adaptándome a las nuevas tendencias, aportando opiniones y experiencias, lo cual me permitirá seguir contribuyendo al crecimiento sostenible de la universidad”.

Insiste en que como representante de la generación baby boomers, uno de los retos que ha enfrentado en sus años como profesor ha sido la adaptación a los cambios tecnológicos que se han generado en los últimos años; pues ello ha sido clave para transmitir a sus alumnos “sabiduría, conocimientos, evolución y tendencias tecnológicas,  donde cada una de estas generaciones, son significativamente diferentes: el escepticismo de los X, los nativos digitales como los Millennials, los dependientes tecnológicos como los Z y la primera generación totalmente digital como los Alfa”. “El pensamiento disruptivo ha sido fundamental para mi labor en todos estos años”.

Para el profesor, la mayor satisfacción como académico es que sus estudiantes se lleven de sus clases “ese ‘algo’ que los ayude en sus vidas y en su futuro”. “Si esto lo logro, me sentiré feliz y satisfecho con mi misión.  Disfruto despertar su  curiosidad…, abrirles el mundo tecnológico de forma amplia para que vean todo lo que podrían llegar a hacer, siempre enmarcados en valores, respeto y educación”.

Biaggini asevera que la Unimet ha sido pieza clave en su formación profesional y personal, pues le ha permitido “obtener el espacio para desenvolverme como docente, algo que disfruto mucho y que ha formado parte de casi toda mi vida”. De igual forma, agrega que ha tenido la oportunidad de compartir con profesionales de trayectoria y con una vasta experiencia.

“Gracias a mi querida “Alma Mater”.  Siempre estaré inmensamente agradecido. ¡Gracias Unimet!”.

 

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