Foro Inaugural del XIII Congreso de Investigación y Creación Intelectual apostó por la cultura científica para resolver problemas del país
El foro de inauguración del XIII Congreso de Investigación y Creación Intelectual de la Universidad Metropolitana (UNIMET) se centró en la reflexión y análisis de la producción de conocimiento científico dentro de las casas de estudio superiores de Venezuela en un contexto en el que el avance de la inteligencia artificial, la apuesta por un mundo más sostenible, la migración de egresados y los limitados recursos para investigar imponen nuevos desafíos para los estudiantes y académicos de trayectoria.
Moderado por los profesores de la UNIMET, Miriam Benhayon, decana de Investigación y Desarrollo Académico, y Miguel Albujas, director de Investigación y Desarrollo, el foro “Ciencia y educación: una fórmula para la sinergia educativa”, tuvo como invitados a Anamaría Font, profesora de la UCV e investigadora en física teórica; Claudio Bifano Rizzuti, químico e investigador de la UCV; Gerardo Fernández López, presidente del Consejo de desarrollo científico, humanístico y tecnológico (CDCHT) de la Universidad Monteávila; María Fátima Gárces, vicerrectora académica de la UCV; Natalia Castañón, vicerrectora académica de la UNIMET.
Bifano señaló que la investigación en las principales universidades del país ha sufrido serios golpes por la crisis. “Nuestras universidades siguen viviendo un momento muy oscuro y debemos discutir esta situación para buscar soluciones”, resaltó el químico de la UCV.
Sostuvo que la investigación es la razón de ser de una universidad y sin ella no puede existir una buena docencia. Enfatizó en que las instituciones públicas deben reconocer a los docentes dedicados a la construcción de conocimiento, garantizándoles condiciones como la existencia de métodos de evaluación y homologación de sueldos. Señaló también que las universidades no deben esperar a que el Estado apruebe el presupuesto para emprender proyectos de investigación y, en cambio, deben buscar fondos para sus actividades.
“La investigación está olvidada y no hay reconocimiento de la labor, y no se trata de un problema de financiamiento, porque las universidades, valiéndose de su autonomía y libertad, pueden salir a buscar fondos y hacer mucho más (…). Las universidades pueden hacer relaciones internacionales o buscar colaboración interinstitucional. Ninguna universidad es autosuficiente y deben hacer un uso racional de los pocos recursos”, dijo.
Mencionó que es fundamental que los estudiantes comprendan que la investigación no es un lujo sino una necesidad para forjar la cultura científica, que pasa por la orientación constante de los profesores con más experiencia en el área, a quienes, resaltó Bifano, las autoridades universitarias deben tomar en cuenta para toma decisiones sobre el camino a trazar en las casas de estudio. “Los problemas de las universidades no son políticos y son académicos”.
Trabajar en equipo
Fernández López habló sobre la importancia de hacer investigación en equipo y escribir buenos papers sobre sus resultados que, a lo sumo, aporten soluciones a problemas de la sociedad. Tras explicar su experiencia con el grupo Mecatrónica de la Universidad Simón Bolívar, añadió que los equipos deben ser investigadores con condiciones de igualdad.
En su intervención, Fernández también reflexionó sobre la preponderancia que se le da a la búsqueda de dinero antes que a la calidad del proyecto de investigación y aconsejó que lo importante siempre será formarse a un alto nivel. Sostuvo que las universidades deben retomar las agendas y escuchar las ideas de los estudiantes e impulsarlos a que las desarrollen.
Garcés comentó que el trabajo en equipo hará a los futuros profesionales más íntegros. Sostuvo que si bien Venezuela exporta talento, aún el país hay una población de jóvenes en los que se debe incentivar las ganas de construir conocimiento. Por ello, recomendó abrir programas de inserción en investigación y hacer congresos para mostrar los resultados de los estudios, así como también buscar alianza con las universidades privadas.
Inteligencia artificial, ética y alianzas
Gárces habló sobre los desafíos de la inteligencia artificial y su incorporación a la vida académica y, en este punto, enfatizó en que los docentes deben estimular el pensamiento crítico en los estudiantes e inculcarles principios éticos.
Por su parte, Castañón dijo que la inteligencia artificial debe ser una aliada para los estudiantes, que sirva como una herramienta de apoyo para potenciar sus investigaciones, sin que ello implique renunciar a las normas académicas y el código de ética. “Los investigadores tienen que mantener sus mismas capacidades: escribir, analizar, sintetizar, interpretar, describir; deben adaptar la inteligencia artificial para sus estudios
Font recomendó a los estudiantes aprender idiomas, procesar datos y asistir a eventos científicos, así como agotar las vías para solicitar becas. “Hay centros internacionales que apoyan con financiamiento a investigadores”, resaltó.
Señaló que una publicación científica es esencial para la difusión de resultados y, a la vez, la documentación de la metodología empleada en los estudios. Por ello al referirse al fenómeno de la “mercantilización de las investigaciones” consideró que es un buen negocio, pero a la par hay que tener control sobre las ofertas engañosas existentes que prometen a investigadores una rápida publicación sin pasar los procesos de calidad y arbitraje.
Agregó que existen consorcios que abren acceso a investigaciones con previo acuerdo con las editoriales y revistas científicas. Estas instituciones son financiadas por empresas que apuestan por la difusión del conocimiento, dijo Font.