Foro en la UNIMET combinó ciencia, gastronomía y marketing con un experimento colectivo

A propósito de la celebración del XIII Congreso de Investigación y Creación Intelectual, el Departamento de Ciencia y Comportamiento de la Universidad Metropolitana (UNIMET) organizó el pasado 23 de mayo de 2024 un foro en el que se desarrolló un experimento colectivo en vivo que permitió comprender lo que ocurre en el cerebro de una persona al consumir un producto.

El evento titulado “¿Qué tal si combinamos neurociencia, neurogastronomía y neuromarketing?”, moderado por el coordinador del área de neurociencia del departamento, Víctor Tortorici, se realizó en el Auditorio Fundación Polar de la UNIMET, y contó con la participación de los profesores María Elisa Romer, de la cátedra de Armando Scannone de la UNIMET, y Luis Cova, consultor gerencial banding y presencia digital. 

En su presentación, Tortorici destacó que, por primera vez, los profesores de las áreas de Psicología y Ciencias Económicas y Sociales se unen con Ciencia para desarrollar un proyecto de investigación en conjunto. El experimento consistió en una cata de té. A cada uno de los profesores y estudiantes presentes en el auditorio se le dio un vaso con infusión, elaborada con flor de Jamaica y extractos de cacao, que olieron y saborearon por unos segundos. 

Luego, al escanear un código QR proyectado en una de las presentaciones, los participantes respondieron a las preguntas relacionadas con el sabor y el olor y, adicional, describieron con palabras su experiencia con té. La prueba tuvo dos fases en las que los presentes, en principio, consumieron la misma bebida en vasos de plástico y, después, otro grupo en tazas. 

Tortorici explicó que este experimento busca demostrar cómo es la experiencia completa un consumidor cuando, por ejemplo, va a un local a probar una comida. Es decir, no solo es saber cuánto le gustó el producto, sino cómo se sintió con la presentación del plato, con la atención y el ambiente del local. “La respuestas de los participantes cambió cuando se les presentó el té en una taza”, recalcó.  

En este sentido, Romer explicó que la neurogastronomía se define, según su propulsor Gordon M. Sepherd, profesor de neurología de la Universidad de Yale, como el funcionamiento de las neuronas con relación a la comida y el acto de comer y su vinculación con la experiencia sensorial en la que los cinco sentidos cobran importancia. “La comida puede estar buena de sabor, pero si no pasas un buen momento en el local, tu experiencia no será agradable”, agregó Romer.

Tras el experimento, Tortorici explicó lo ocurría en las áreas del cerebro cuando los consumidores probaban distintas marcas de bebidas y destacó que una experiencia de neuromarketing pasaba por identificar y comprender las reacciones del cerebro, tanto lo emocional como en lo fisiológico. antes, durante y después de la interacción con la estrategia de marketing. 

También destacó la importancia de apelar a las emociones y sentimientos de los consumidores porque “el neuromarketing tiene la finalidad de concentrar el subconsciente del individuo para influir en su decisión de compra”, señaló. 

El ensayo también abrió el debate sobre el uso del prefijo neuro que, a juicio de Tortorici, tiene una dimensión mucho más amplia: determinar que lo que manifiesta una persona realmente, se corresponde con lo que sucede en su cerebro. 

Tortorici señaló que, con estos criterios comprobados, están preparados para asesorar empresas en el área de marketing y generar, incluso, apego a las marcas. “Por ejemplo, si una empresa quiere lanzar una campaña en medios y tiene dos propuestas de pancartas o afiches para su publicidad, podemos seleccionar un grupo para evaluar cómo perciben ambas piezas y determinar cuál es la que generará un mayor impacto en el público e influya en las ganancias”, sostuvo.

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