Filosofía, educación y sabiduría en la infancia

La profesora María Rodríguez Toro suma otro reconocimiento a su proyecto de Filosofía para niños. En esta ocasión se trata del Premio Académico Lyezer Katán en la categoría de Producción en Investigación y creación intelectual, otorgado por la Universidad Metropolitana este 27 de octubre de 2023.

Se trata de una investigación en la que se combina la Epistemología y las Ciencias de la Educación, para la propuesta de una Filosofía para Niños en Venezuela, proyecto que ya ha rendido sus frutos, siendo reconocido como parte de la Chaire Unesco “Pratique de la Philosophie avec les enfants”, y otorgándole la autorización de hacer uso del logo de esta organización en todas sus actividades, aunado a lo cual la UNIMET figura como única universidad venezolana sede Unesco de Filosofía para Niños, convirtiéndose en la segunda en Latinoamérica y única también en el mundo hispanoparlante.

Esta investigación también ha llevado a María Rodríguez Toro a participar como conferencista invitada en congresos internacionales de pedagogía, una serie de ponencias en eventos académicos nacionales e internacionales, y aparecer en artículos en el ámbito de la investigación filosófica y la membresía en el International Council of Philosophical Inquiry With Children.

Este proyecto acaba de culminar su primer año de ejecución; aún faltan dos más. Este trimestre finaliza la experiencia pedagógica con los niños de diez instituciones educativas del Municipio Sucre, pero se continuarán procesando los resultados de esta experiencia y de una Revisión Sistemática de la Literatura, con el objetivo de crear una propuesta integral de Filosofía para Niños que, con el aval UNIMET y UNESCO, pueda ser aplicada a diversos grupos de niños de habla hispana.

Para la profesora, investigadora y doctora en Educación nos confiesa que el logro principal de su carrera profesional no han sido los títulos, ni los eventos y las publicaciones realizadas, sino “tener la oportunidad de conocer y poder compartir con niños y adultos maravillosos y muy sabios, que me están enseñando a pensar, compartir e investigar. Es un logro que tengo la gran suerte de vivir, y no tiene fecha de entrega ni expiración.”

Sus palabras de alegría y gratitud no faltaron al momento de mencionar a sus colegas y familiares, quienes han transitado con ella y continúan acompañándola en este camino de la filosofía y el compañerismo: “Mi más profundo agradecimiento a mis hijos Irene y Juan Sebastián, por todo el amor y la paciencia que me han tenido. A los niños, representantes y directores de los diez colegios del Municipio Sucre seleccionados, por esa pasión, alegría y disciplina con la que han respaldado esta práctica de una enseñanza temprana de la Filosofía. Al profesor Guillermo Tel Aveledo, por esos raticos de conversaciones de pasillo en los que me motivó a redactar un proyecto de investigación. A la profesora Miriam Benhayon por toda su compañía; también por el entusiasmo, alegría y perseverancia con los que ha contribuido a la ejecución de las distintas actividades del proyecto. A la Vicerrectora Natalia Castañón y al gran equipo de FUNDAMET (Luisa Mariana Pulido, Lourdes Parra y Juan Rivas), por creer en mi propuesta de una Filosofía para Niños y apoyarla con tanta constancia y cariño. Al secretario Santiago Perera por sus recomendaciones para la creación de recursos didácticos digitales. A todo el equipo rectoral por la consistencia con la que han apoyado la consolidación de una estructura de promoción al trabajo investigativo. A la Chaire UNESCO por todo su reconocimiento y confianza. A Monseñor Juan Carlos Bravo, Obispo de Petare, por creer en todo esto cuando sólo era una idea. A las profesoras Yuherqui Guaimaro e Ibe Aponte, del Departamento de Desarrollo Integral, por las grandes lecciones de vida y el arduo trabajo que han venido realizando con los padres y representantes de los niños participantes, con su magnífico programa “Construyendo Ciudadanía en Familia”. A mis compañeros de la Biblioteca Pedro Grases, por la paciencia, profesionalismo y cariño con el que siempre me ayudan a conseguir gran parte del material necesario para trabajar. Y a mis compañeros investigadores: Victor Tortorici, Miguel Pérez, Sergio Rosales y Diego García; nunca se los he dicho, pero desde hace tiempo he estado aprendiendo de su disciplina, constancia y amor por la generación del conocimiento, han sido mis modelos en todo momento y mis faros de referencia cuando el camino se vuelve un poco oscuro y difícil de transitar.”

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