Expertos reafirmaron la importancia del Pacto de Puntofijo a 64 años de su firma

En 1958, luego del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, se firma el Pacto de Puntofijo, una alianza que buscaba darle estabilidad a la democracia, para luchar contra el peligro de los golpes de Estado, y para establecer las reformas estructurales que Venezuela necesitaba.

Para determinar la importancia de esta fecha, repasar sus antecedentes, consecuencias y su repercusión, el pasado 28 de octubre el Departamento de Humanidades de la Unimet organizó el foro “64 años del Pacto de Puntofijo”, que contó con la participación de los licenciados María Valentina Briceño y Jorge Barragán y la moderación del profesor David Ruiz-Chataing.

Al dar inicio al foro Ruiz-Chataing afirmó que el pacto de Puntofijo es “una fiesta de la democracia”.

“Lo que ha prevalecido en nuestra historia es el odio, es la intolerancia entre las personas que piensan distinto. El pacto de puntofijo es un pacto para evitar el canibalismo político. En un país donde siempre ha existido el canibalismo político, la polarización, es importante reivindicar estas fechas que significan unidad, alianza, tolerancia y pluralismo”, dijo.

A su juicio, el pacto de Puntofijo le dio al país 40 años de vida democrática y “buena parte de esos 40 años fueron de prosperidad”.

Por su parte, María Valentina Briceño, licenciada en Ciencia Políticas, egresada de la UCAT, habló de los antecedentes de esta fecha que, a su juicio, “marca un hito en la historia democrática de nuestro país”.

Briceño explicó que el pacto de Puntofijo tiene como antecedente el pacto de Nueva York, conformado por una serie de acuerdos políticos, el cual fue firmado el 20 de diciembre de 1957 entre un grupo de dirigentes venezolanos que se encontraban en el exilio.

“Los partidos políticos entendieron que la clave para obtener el poder y garantizar la democracia en el país era por medio de la unión y la coalición de fuerzas”, señaló.

Briceño narró que, una vez derrocada la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y, en vista del llamado a elecciones generales por parte de la Junta Patriótica encabezada por el general Wolfgang Larrazábal, los líderes de los principales partidos políticos, AD, COPEI y URD, dejando por fuera al PCV, ven la necesidad de crear un pacto de gobernabilidad.

“Esto es importante porque nos da a entender que comenzó un periodo de madurez política, donde los partidos comprendieron que la pluralidad y la coalición era la clave para garantizar un periodo de estabilidad que permitiera el nacimiento de la era democrática en Venezuela”, resaltó.

Para Briceño lo vital de este pacto, es que, además de establecer una reglas de juego, también limitaba el uso del poder para evitar su abuso, garantizando la participación, de una manera representativa, de los firmantes del pacto en el gobierno que resultara electo, que para la época resultó ser Acción Democrática, en la persona de Rómulo Betancourt.

La egresada de la UCAT enumeró como consecuencias directas del Pacto de Puntofijo la redacción de la Constitución de 1961, la limitación del poder, la legitimidad institucional, la democracia, el auge de los partidos políticos, la pluralidad democrática y la estabilidad.

Por su parte, Jorge Barragán, licenciado en Estudios Internacionales UCV, indicó que el Pacto de Puntofijo surge en un momento en el que la URSS y EEUU se debatían el liderazgo mundial y, sobre todo, la influencia que pudieran tener en América Latina.

“Estados Unidos veía como su aliado a cualquier país, sin importar su régimen, que se mostrara en contra de la URSS, del socialismo o el comunismo, esa es la razón por la que el Partido Comunista de Venezuela, PCV, no es incluido en el Pacto”, explicó.

Según Barragán, una de las grandes críticas hechas al Pacto es la exclusión del PCV, a pesar de que, aliados con AD y otros partidos políticos, muchos de sus militantes combatieron en la clandestinidad contra el régimen de Marcos Pérez Jiménez, y muchos de ellos fueron firmantes de la Junta Patriótica.

El egresado Ucevista precisó que AD, COPEI y URD entendieron el contexto del sistema internacional del momento y supieron que, para poder establecer un sistema democrático en Venezuela, debían ser aliados de la principal potencia en América Latina, que eran los Estados Unidos.

Barragán sostiene que el Pacto de Puntofijo se rompe durante el mismo gobierno de Rómulo Betancourt, cuando durante la reunión de cancilleres de la OEA, el para entonces ministro de Relaciones Exteriores venezolano y representante de URD en la coalición, Ignacio Arcaya, decide no apoyar la declaración conjunta en contra de la revolución cubana y renuncia a su puesto, trasgrediendo así lo establecido en el Pacto y yendo en contra de la política exterior de Rómulo Betancourt.

Para Jorge Barragán, la política exterior de Betancourt, conocida como ‘Doctrina Betancourt’, hizo que a nivel internacional Venezuela fuera visto como un país innovador, que iba en contra de regímenes dictatoriales, que defendía los DDHH y la democracia.

“La política exterior de la época era muy pragmática por un tema de intereses, de poder, de relaciones económicas, sin importar cuál fuera la forma de gobierno”, dijo.

“Yo rescato el valor que tuvieron los líderes políticos en Venezuela de entender el contexto global en el que se encontraban y el cómo tenían que llevar a cabo el pacto para poder tener la posibilidad de llegar a la democracia y que no fuera fallida. Se evidenció que debían entenderse para poder comprender y gobernar al país”, concluyó.

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