Especialistas proponen acciones individuales y colectivas para saldar deuda de Venezuela con el Planeta
Una naturalista y exploradora, una activista ambiental y un ingeniero agrónomo y guardabosques se dieron cita en el seminario virtual “Sustentabilidad: ¿altruismo o necesidad?» para —en el marco del Día Mundial del Ambiente— abordar, desde sus diferentes áreas de especialidad, la relación entre hombre y naturaleza, el cambio climático y, en general, temas vinculados con responsabilidad medioambiental.
«¿Estamos haciendo las cosas bien para convivir con la naturaleza?» fue la pregunta con la que abrió su participación Karen Brewer, hija del reputado naturalista, fotógrafo y explorador venezolano Charles Brewer-Carías, y continuó: «Mi papá ha dedicado su vida a dar a conocer la biodiversidad. Lo cierto es que si no conocemos los animales y plantas que hay en nuestro país, su biodiversidad, no podremos cuidarla».
Conocer la flora y la fauna para poder protegerla. Ese fue el argumento en torno al cual giraron las reflexiones de Brewer. La joven venezolana —ahora radicada en España— lamentó que por causa del desconocimiento acerca de su entorno, «las personas creen que pueden faltarle el respeto a la naturaleza» y puso sobre la mesa graves casos de desforestación en la selva amazónica, tráfico ilícito de animales, turismo no responsable.
La invitación de Brewer a los oyentes fue a hacer pequeños cambios en sus rutinas de vida para disminuir el impacto de la actividad humana sobre el planeta Tierra. Sugirió un «consumo mucho más inteligente», por ejemplo, apoyando iniciativas en las que no se utilicen empaque con plástico, comprando a productores locales y no a grandes empresas, consumiendo productos más amigables con el medio ambiente, separando la basura, etc.
«No queremos personas perfectas que lo hagan todo, queremos que muchas personas hagan pequeños cambios en su vida y que, poco a poco, vayamos transformando nuestro consumo para que tenga el menor impacto posible», sentenció la naturalista.
Concluida la intervención de Brewer, llegó el turno de Karina Estraño, psicólogo, activista ambiental y fundadora del Movimiento Todos por el Futuro (creado en julio de 2019), quien abordó el movimiento por el clima en Venezuela, importancia y desafíos.
Estraño arrancó con una definición general de cambio climático, fenómeno que explicó como el incremento en la temperatura general del planeta, principalmente por efecto de las acciones del ser humano, que han generado la acumulación de gases de efecto invernadero, trayendo como consecuencia: sequías, inundaciones extremas, pérdida de biodiversidad, entre otros.
Tras la definición, llegó la advertencia: Si esto continua, se va a producir una transformación de las condiciones climáticas en el Planeta, que podría llegar a hacer inviable la vida de los seres humanos. Estos cambios están sucediendo muy rápidamente, los pronósticos científicos se están quedando cortos», aseguró Estraño.
Si bien los grupos relacionados con acciones por el cambio climático han señalado que históricamente Venezuela es un emisor pequeño de gases de efecto invernadero, también han dicho que PDVSA figura entre las grandes empresas petroleras del mundo que han contribuido con el problema.
Estraño aseguró que el país ha suscrito todos los acuerdos ambientales globales, pero también se ha declarado incapaz de ejecutar acciones concretas. Teme por las poblaciones vulnerables que, por ejemplo, son afectadas por inundaciones, incremento del nivel del mar, etc. Lo cual, afirmó, podría eventualmente afectar la seguridad alimentaria.
En tal sentido, la experta señaló que «se requiere en Venezuela generar programas de adaptación e investigación en torno a la agricultura, para hacer estudios sobre especies agrícolas que sean resistentes. Se requiere generar estudios en torno a la salud para evaluar, por ejemplo, la dispersión de vectores de enfermedades relacionadas con el cambio climático. Se requiere tomar acciones muy importantes y urgentes en materia ambiental».
Una de las muchas acciones que podrían contribuir a disminuir el impacto ecológico de las acciones humanas en la Tierra, es la siembra de árboles, productores naturales de oxígeno. Para hablar de «arbolado urbano» tomó la palabra el agrónomo, especialista en árboles y evaluador ambiental, Juan Carlos Carrero.
Carrero plantea que sembrar masivamente árboles, con una intervención masiva de personas, podría ayudar a reducir el efecto que producen, por ejemplo, incendios forestales. Pero que la situación cambia considerablemente cuando se trata de entornos urbanos donde, en general, los espacios son bastante reducidos.
La propuesta del especialista para arborizar en las ciudades es, en primera instancia, «crear conciencia sobre el servicio ambiental del árbol» —los cuales son fundamentales para mantener y mejorar la calidad del aire— e instruir a las personas. «En Venezuela hay una tradición de áreas verdes en las urbanizaciones, sin embargo, con respecto a otros países, el área verde urbana venezolana es bastante reducida», detalló.
El paso siguiente es que las comunidades interesadas en arborizar se organicen, sumen voluntades y, posteriormente, comiencen a identificar franjas donde sea viable la plantación de árboles. Carrero detalla algunas consideraciones, las especies deben tener, al menos, cinco metros bajo tierra para poder desarrollarse y no deben ser árboles de gran tamaño, plantar magos o ficus en zonas urbanas no es recomendable.
El seminario virtual “Sustentabilidad: ¿altruismo o necesidad?» puso en evidencia la deuda que Venezuela tiene con el medioambiente, sin embargo, los especialistas fueron enfáticos al señalar que «pequeñas acciones —colectivas e individuales— pueden hacer la diferencia».