Dijo adiós Víctor Artís, el arquitecto que diseñó los edificios del Campus Naranja

La madrugada del pasado viernes 7 de agosto, murió Víctor Artís García, el arquitecto detrás del diseño de casi todas las edificaciones erigidas en el campus naranja de la Universidad Metropolitana (Unimet).

Desde el pasado mes de mayo, Artís García, batallaba contra un linfoma. «Estoy bajo tratamiento quimioterapéutico para curar un linfoma, primera enfermedad padecida en mi vida. Son seis sesiones que terminarán al inicio de octubre, recién cumplidos mis primeros 87 años», dijo en un artículo titulado «Quimioterapia», que fue publicado en la revista de arquitectura Entre Rayas, pocos días antes de su muerte.

Hasta el final de sus días el arquitecto, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), estuvo vinculado a esta casa de estudios. Su relación con la Fundación Universidad Metropolitana (Fundamet), que se estableció por la década del 70, fue estrecha y fructífera.

«Nos deja Víctor, buena referencia humana y de saberes. Estará entre muchos casi olvidados personajes de nuestras ciudades y arquitecturas, como está ocurriendo con Luis Lander, Leopoldo Martínez Olavarría, Alberto Urdaneta, Henrique Hernández, Alfredo Roffé y tantos otros, unos idos hace años, otros más recientes.»

En 1970, Artís García, colaboró con Rodolfo Moleiro, primer vicerrector administrativo de la Unimet, en la adecuación del edificio de San Bernardino para el inicio de las actividades docentes y posteriormente, en 1974, en el diseño del anexo de aulas y laboratorios. De ahí en más, este Miembro Honorario de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat (2017), participaría, no solo en el diseño del actual campus de la Unimet, sino también en el del movimiento de tierras necesario para los trabajos del Distribuidor Metropolitano y la Cota Mil.

Más tarde, en 1975, basándose en los lineamientos originales del arquitecto Julián Ferris, promotor de la Unimet, Víctor Artís formuló el Master Plan Urbanístico de los terrenos con tres sectores claramente definidos: docente, deportivo y zona rental. Y, ese mismo año, asociado con el Arquitecto Mássimo Ruggiero, desarrolló los proyectos del edificio Eugenio Mendoza Goiticoa, y los sucesivos edificios de Aulas 1 y 2, además de la capilla universitaria.

Desde 2019, Artís, quien asistía semanalmente al campus universitario, llevaba varios proyectos que ya habían comenzado a realizarse. El arquitecto, junto a la ingeniera Indira Mendoza, directora de Planta Física de la Unimet, estudiaba el mejor uso que podía dársele a los 1200 m2 libres en los módulos Arboleda y Educación —galpones que datan de 1975—, para dar respuesta a las demandas de espacio de la comunidad unimetana.

En palabras del Director del Museo Nacional de Arquitectura, arquitecto Alejandro López, Víctor Artís «combinó cualidades de gente con saberes y haceres».

«Nos deja Víctor, buena referencia humana y de saberes. Estará entre muchos casi olvidados personajes de nuestras ciudades y arquitecturas, como está ocurriendo con Luis Lander, Leopoldo Martínez Olavarría, Alberto Urdaneta, Henrique Hernández, Alfredo Roffé y tantos otros, unos idos hace años, otros más recientes», escribió López en un artículo publicado por la revista Entre Rayas.

Cada estructura naranja de la Unimet tiene la marca del arquitecto nacido en Barcelona, España, en 1933.

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