Destacan legado progresista del banquero venezolano Pedro Tinoco en la UNIMET
El Departamento de Humanidades y Educación de la Universidad Metropolitana (UNIMET) realizó el pasado 14 de marzo un conversatorio en el que los profesores de la casa de estudio, Rafael Arráiz Lucca y David Ruiz Chataing, hablaron sobre la obra, vida y pensamiento del reconocido abogado, político y banquero venezolano Pedro Tinoco.
Desde el Auditorio Manoa de Biblioteca Pedro Grases de la universidad, Arráiz Lucca y Ruiz Chataing resumieron los hitos más importantes de la vida de Tinoco y, en especial, resaltaron su pensamiento progresista y sus logros como empresario y estadista.
Arráiz Lucca, quien escribió un libro sobre Tinoco, señaló que el banquero venezolano fue conocido como un hombre “madrugador y trabajador”, esas cualidades fueron enaltecidas hasta por William H. Phelps, famoso ornitólogo estadounidense que hizo vida en Venezuela, y que fue un cliente del bufete de abogados que Tinoco dirigió por casi toda su vida llamado Escritorio Jurídico Tinoco, uno de los más prestigiosos del país para la época.
Pedro Tinoco nació en Caracas el 4 de octubre de 1927. Arraiz Lucca contó que su crianza y formación académica prácticamente transcurrió en el extranjero. Tras enfermar de tuberculosis, fue enviado, junto con su hermano, a Suiza, donde estudió la primaria, pero luego llegó a Estados Unidos para cursar la secundaria en una academia militar. Al regresar al país, estudió Derecho en la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Con los años, Tinoco perfiló su faceta como banquero. Fue presidente del Banco Mercantil y, posteriormente, del Banco Latino, entidad financiera que el abogado fundó en 1975 y que operó en el país hasta su cierre en 1989. Formó parte de Fedecámaras y el Comité Delegado Central de Acción Venezolana Independiente. Durante la primera presidencia de Rafael Caldera, se desempeñó como Ministro de Hacienda. En 1989, Carlos Andrés Pérez lo nombró presidente del Banco Central de Venezuela. “Creo que no ha habido en Venezuela, en los años recientes, un hombre que concentrara tal cantidad de poder económico y político”, dijo Arraiz.
Ruiz Chataing aseguró que Tinoco era visto como el “diablo” por sus detractores de la ultraizquierda debido a su pensamiento progresista. “Moises Nahin —periodista y escritor— lo describió como un venezolano global que comprendía las grandes tendencias que movían al mundo en el plano económico y político (…) y lo describe como un reformador realista”, mencionó.
Ruiz Chataing resaltó además las lecciones que dejó la Carta Económica de Mérida de 1962, un documento en el que escribió Tinoco y en el cual delineó el papel que debía cumplir la empresa privada en el país y su incorporación activa en la vida pública.
Explicó que Tinoco admitía en la carta que los ciudadanos vivían de la “ilusión de un país rico” cuando la realidad era otra; incluso el banquero manifestó la necesidad de que las riquezas del país fueran distribuidas y que el alcance del desarrollo económico de la nación era una tarea de todos.
“Las bases para ese desarrollo son la libertad, la democracia, el Estado de Derecho bajo el imperio de la Ley, el respeto a la libre empresa y una orientación de los fondos públicos a la educación, la salud y la infraestructura. Debía imperar una sana administración pública, en la que el Estado no compita con el sector privado”, señaló Ruiz Chataing.