David Ruiz-Chataing: A la Universidad Metropolitana le doy mi mejor esfuerzo
Para el profesor David Ruiz-Chataing, el interés por la historia inició en casa, de la mano de su madre a quien describe como una dama de origen humilde, que en su juventud fue aficionada de la lectura y estudiante de música. “Cuando comencé a leer los grandes clásicos universales, siendo adolescente, grande fue mi sorpresa al descubrir que mi mamá los había leído todos, Tolstoi, Dostoievski, Víctor Hugo, entre otros”.
Estudió primaria en la Escuela Miguel Villavicencio, en Caracas, donde en sexto grado su maestra lo dejaba dictar las clases de Historia Universal. Luego, en bachillerato, sus nuevos profesores siguieron contribuyendo a su amor por la historia, razón por la que, al terminar sus estudios secundarios, se inscribió en la Escuela de Historia de la Universidad Central de Venezuela (UCV), completando sus estudios como docente en el Instituto Pedagógico de Caracas, lugar al que ingresó en 1996.
“En ese momento yo organizaba conferencias, y en una de ellas escuché al Doctor Demetrio Boersner, quien disertó sobre lo que era la socialdemocracia. Cuando concluyó, pensé: este es mi camino”, explica el profesor.
Completó sus estudios de licenciatura, maestría y doctorado en historia en la UCV, además ha publicado algunas obras sobre Historia Política y de las Ideas en Venezuela. “Siempre me han gustado las actividades de extensión y complemento las clases con organización de eventos”.
Su vida unimetana
El profesor Ruiz-Chataing ingresó a la Universidad Metropolitana, Unimet, en el año 2000, trabajando bajo la coordinación de Edgardo Mondolfi Gudat en los Diplomados de Historia de Venezuela y América Latina. Posteriormente, Laura Febres le cedió su curso de Pensamiento Venezolano en Profesionalización en Servicio. A partir de 2017, comenzó a dictar cursos de Comprensión de Venezuela, bajó la conducción del Doctor Napoleón Francheschi, y en 2020 pasó a ser profesor de tiempo completo.
Actualmente es profesor investigador del Departamento de Humanidades, donde lleva a cabo un proyecto de investigación sobre la óptica liberal ante la democracia representativa venezolana entre los años 1958 y 1998.
Asegura que enfrentó uno de sus mayores retos como docente durante la pandemia de Covid-19, cuando la modalidad de las clases pasó de presenciales a virtuales. “Mantenerme actualizado para estar a la altura del compromiso de trabajar en la Universidad Metropolitana ha sido mi mayor reto. He conocido gente maravillosa en la Unimet: exitosa y talentosa”.
En sus propias palabras, sus mayores logros como docente e investigador, han sido reinventarse para seguir activo y productivo. “Sigo impartiendo clases, organizando eventos, leyendo, investigando,escribiendo y publicando. Mis hijas han sido un gran apoyo para mí, porque me ayudan a mantenerme actualizado y cercano a los jóvenes. No debemos tenerle miedo a los retos, es necesario reinventarnos permanentemente”.
Respecto a lo que espera dejarle a sus estudiantes, dice que espera enseñarles a tener un mayor conocimiento de su patria.
“Decía Simón Rodríguez que no se ama lo que no se conoce. A la Universidad Metropolitana, esa que fundó Don Eugenio Mendoza Goiticoa, le doy mi mejor esfuerzo porque siento que este desempeño académico, docente, cultural e investigativo me ha ayudado mucho en mi desarrollo personal y profesional. En mi juventud estaba lleno de muchas certezas. Al arribar a la tercera edad no me avergüenzan mis incertidumbres”, concluye el profesor.