CDH – UNIMET inaugura espacio de reflexión para la defensa de los Derechos Humanos

El Centro de Derechos Humanos de la Universidad Metropolitana (CDH-Unimet) inauguró el pasado 23 de abril, el *Espacio CDH-Unimet*, un foro diseñado para promover el análisis crítico y la acción colectiva en materia de derechos humanos. La jornada inaugural, realizada en el marco del 8° aniversario de la memoria de Juan Pablo Pernalete, reunió a autoridades académicas, representantes estudiantiles y familiares de víctimas en torno a una pregunta central: ¿Cómo se articula el rol histórico y actual de la juventud en la defensa de las garantías fundamentales?

La rectora María Isabel Guinand abrió el evento con un llamado a trascender el lamento: “Hoy vamos a rendir homenaje a nuestro alumno Pernalete, pero también a todas aquellas personas y comunidades que de alguna u otra manera se les han vulnerado sus derechos humanos, y que nosotros estamos aquí para hacerlo visible (…) queremos dar este paso y generar este espacio para que sea un intercambio que nos permita a cada uno de nosotros reflexionar sobre qué podemos hacer, no qué hacen los otros, sino qué podemos hacer cada uno de nosotros para apoyar e impulsar que los derechos humanos sean respetados en todas sus dimensiones«. Su intervención dio paso a la directora ejecutiva del CDH-Unimet, Alesia Rodríguez, quien delineó el ADN del proyecto: “Tenemos la firme convicción de que la educación superior no solo debe formar profesionales competentes, sino también ciudadanos comprometidos con el respeto y la defensa de los derechos humanos para la construcción de un mundo más justo. Por ello, desde 2024 desde CDH impulsamos esta visión integral con nuestro lema: Formamos ciudadanos, defendemos derechos”.

El testimonio de Elvira y José Gregorio Pernalete tejió el puente entre el duelo y la esperanza. Al evocar la pasión de su hijo por el baloncesto y el rescate de animales, subrayaron: “Volver aquí, donde nuestro Hijo siempre está presente, nos conmueve y nos llena de gratitud. Juan Pablo era un joven soñador, optimista, apegado a causas nobles. Era un joven con una profunda convicción, disciplinado y apasionado en todo lo que hacía. Amaba su universidad y su país, soñaba con un mundo mejor, con una Venezuela llena de futuro y oportunidades. Estamos seguros que, si hoy Juan Pablo estuviese vivo, ya estuviera graduado aquí, en su universidad amada, jugando baloncesto, rescatando perros de la calle. Y continuaría alzando la voz, defendiendo sus derechos. Apostando a un país mejor para todos los venezolanos”.

La familia Pernalete también aseguró que estos espacios de reflexión y memoria donde se puede conversar, aportar y conectar desde los Derechos Humanos forman parte importante de la justicia, verdad y memoria histórica de nuestro país. “Necesitamos aprender y defender nuestros derechos, seguir promoviendo estos espacios de encuentro de tal manera que el mensaje continúe llegando a generaciones”. Esta narrativa encontró eco en el análisis del historiador Edgardo Mondolfi, quien trazó paralelos entre la Generación del 28 y el activismo actual: «La juventud tiende a no deberle mucho al pasado, y eso es justamente lo que explica su arrojo y combatividad. Pero también es cierto que las consecuencias de lo actuado, por tal o cual generación estudiantil, es algo que sólo el tiempo, y la labor de los historiadores, se hacen cargo de conferirle su debida valoración (…) Haber compartido una larga reflexión, durante el Foro de hoy, sobre lo que significará la llamada “Generación del 28” para la historia política del siglo XX de nuestro país, es lo que justifica el hecho de que acerquemos las gestas actuales, articuladas en torno a una amplia diversidad de causas que tienen como base común los Derechos Humanos, a la tarea que reposa esencialmente sobre los hombros de nuestra juventud unimetana de construir una sociedad cada vez más justa y responsable en términos de ciudadanía».

El conversatorio moderado por Guillermo Tell Aveledo profundizó en paradojas contemporáneas. Los panelistas abordaron temas como el papel actual de la juventud en los Derechos Humanos, la importancia de conocer y defender sus derechos cotidianamente, el desafío que representa el entender que los Derechos Humanos no son una utopía, y el inmenso valor de crear un precedente en la defensa de los derechos. Vanessa Castillo, del CDH, alertó sobre «la normalización de violaciones cotidianas a derechos básicos», mientras Leonardo Suárez, líder estudiantil, insistió en que «la protesta no es un capricho generacional, sino el lenguaje de quienes heredan un país en deuda».

Los invitados compartieron sus conclusiones, enfatizando que los resultados de las luchas no se manifiestan de inmediato, sino a través de las consecuencias que moldean el futuro del país. Subrayaron que el espíritu de aquellos que han perdido la vida en la batalla debe ser una fuente de inspiración para seguir luchando por lo que consideramos justo. Asimismo, destacaron que lo más temible no es la muerte misma, sino el olvido; por lo tanto, es crucial mantener viva la memoria histórica de la lucha por la defensa de los Derechos Humanos.

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