Andrés Bello, un repaso por su vida y su entrega a la cultura y la ciencia en América

Con motivo del natalicio de Andrés Bello, la Escuela de Idiomas Modernos y el Departamento de Lingüística de la Universidad Metropolitana llevaron a cabo el webinar Andrés Bello, síntesis pionera en arte y ciencia como las del lenguaje y la astronomía en América.

El evento estuvo moderado por la directora de la Escuela de Idiomas Modernos Girola Ercolino y contó con la intervención de la antropóloga Benigna Moreira Yépez.

Para dar inicio a su ponencia, Moreira presentó algunos rasgos importantes que hicieron de Bello “todo un patriota”: explicó que fue “forjador de nuestra personalidad lingüística americana; el mayor comunicador y divulgador de ciencia en Iberoamérica del siglo XIX; precursor y difusor de la astronomía en Suramérica; pionero en la formación de la gramática moderna universal y de los idiomas modernos en general; testigo de la primera campaña de vacunación internacional y responsable de la primera campaña de vacunación en Venezuela”.

Añadió que no solo fue el maestro del libertador Simón Bolívar y el primer rector de la Universidad de Chile, fue además un poeta, abogado, diplomático, enciclopedista, filósofo, filólogo, traductor, político y educador, merecedor de ser considerado el “libertador cultural de la América y quien asienta las bases de la integración latinoamericana”.

Infancia caraqueña

Moreira dio un breve repaso por la infancia de Andrés Bello en su natal Caracas. “Su infancia transcurrió entre acordes, arte y libros”, pues su padre fue el músico Bartolomé Bello y su madre Ana López Delgado, hija del famoso pintor Juan Pedro López, cuyos cuadros pueden apreciarse en la iglesia de San Francisco, Caracas.

Desde temprana edad, Bello fue un aficionado de la lectura; y archivos reseñan que a su madre constantemente le decía que su cerebro necesitaba “más alimento que mi estómago”.

A los 15 años ingresa a la Universidad de Caracas, época en la que sorprendió a muchos con su dominio para los idiomas; y en 1800, a los 19 años, obtuvo el título en Artes con máximos honores.  Más tarde inicia  sus estudios universitarios en medicina y abogacía, pero la primera debió abandonarla por razones económicas y la muerte de su padre.

No obstante, en 1802 fue propuesto como secretario de la Capitanía General de Venezuela.

Testigo de la ciencia en Venezuela

En ese momento, Bello conoce al barón Alejando de Humboldt y lo lleva a la Silla de Caracas, en el entonces cerro Ávila.

Escritos reseñan su detallada narración sobre cómo el barón utilizaba instrumentos de alta gama para la época. “Él trajo toda la ‘tecnología de la época’ y la puso a disposición”. Asimismo, Bello, con el talento heredado de su abuelo, dibujó cada uno de los instrumentos que Humboldt utilizó en aquel viaje.

Otro momento importante fue la llegada del doctor militar español Francisco Javier Balmis en 1804, con motivo del primer programa de vacunación internacional. Balmis fue el responsable de llevar la expedición de la vacuna de la viruela a América y Filipinas.

En 1805, Andrés Bello, como secretario de Junta Central de Vacunación, redactó el plan de vacunación de Caracas (1807-1808). En su texto explicó “el drama de la viruela, cómo afecta a la población, y divulga la información con su poema Oda a la Vacuna.

Pasión por la astronomía

El 27 de noviembre de 1809 publicó un texto impreso sobre Astronomía, en la Gaceta, donde era editor. La acción lo cataloga como el primer periodista venezolano.

En 1810, inicia su interés por esta ciencia. En ese entonces, publicó un manual titulado El Calendario, manual y guía universal de forasteros en Venezuela para el año 1810. “Bello insistió en explicar el origen del calendario, y lo hace a través de la Epacta, forma que permite calcular las fechas en que se producen los novilunios de un año, y por lo tanto saber en qué fase lunar nos encontramos”.

Pasó 19 años en Londres y logra una de sus grandes fuerzas intelectuales. Se convierte en editor, traductor, escritor y pública e diversos diarios de circulación nacional.

Entre 1810 y 1829, Andrés Bello vivió en Londres. Durante su paso por la ciudad británica, escribió textos sobre ciencia, historia, tecnología, geografía y astronomía. Además de realizar importantes traducciones de autores como Humboldt y Herschel.

“Bello escribió 40 publicaciones dedicadas a la difusión de la ciencia. La astronomía entre todas era su pasión”.

Llegada a Chile

En 1829, Andrés Bello llegó a Chile. Ahí afirmó que “la divulgación astronómica debe estar ligada a un fundamento educativo y debe utilizarse la ciencia para cambiar y mejorar la sociedad hispana”.

Su importante figura en el país sureño le permitió implementar las nociones sobre la astronomía en los liceos de Chile, y auspició la creación del observatorio chileno.

En 1848 publica la obra Cosmografía, la cual describe los diferentes componentes del universo. El texto está dividido en 15 capítulos, “donde contempla los últimos descubrimientos astronómicos hasta el año 1843”. Dicho texto es el primer libro de “divulgación íntegramente astronómico de sus tiempos en lengua española”.

Con sus estudios, Andrés Bello planteó cómo los avances astronómicos en el futuro ayudarían a mejorar las condiciones sociales de la humanidad.

Benigna Moreira Yépez concluyó su ponencia afirmando que el maestro Andrés Bello “demostró que en América se crea y escribe un pensamiento propio”. Además insistió que su última batalla, post mortem, fue en 1925 cuando la Real Academia Española “reconoce la variedad del español americano y lo recoge en la DRAE, confirmando su instintivo e independiente sin renunciar al lenguaje hispano”, un esfuerzo promulgado por Andrés Bello.

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