Académicos se reunieron para conmemorar los 120 años del nacimiento de Mariano Picón Salas
La Facultad de Ciencias y Artes, el Departamento de Humanidades y la Biblioteca Virtual Mariano Picón Salas realizaron el conversatorio «120 años del nacimiento de Mariano Picón Salas», un encuentro que tuvo como finalidad recorrer la vida y obra del escritor, diplomático y académico venezolano.
La cita tuvo lugar el pasado 28 de septiembre, y contó con la participación del profesor del Departamento de Humanidades de la Unimet, José Alberto Olivar como moderador; Rafael Arráiz Lucca, Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua y profesor de la Unimet; Froilán Ramos Rodríguez, profesor de la Universidad Católica de la Santísima Concepción de Chile; y David Ruiz Chataing, profesor del Departamento de Humanidades de la Unimet.
“Si bien no es la fecha precisa del natalicio de Mariano Picón Salas, estamos en el año de aniversario de este importante hombre de letras cuya obra intelectual tiene una importante vigencia, sobre todo en lo que refiere a su contribución en relación a la interpretación de la evolución histórica venezolana y los rasgos biográficos de importantes figuras de la historia de nuestro país. En ese sentido, y en el marco de la creación de la Biblioteca Digital Mariano Picón Salas, adscrita al Departamento de Humanidades por iniciativa del profesor David Ruiz Chataing, se ha procurado involucrar en la mañana de hoy a dos importantes especialistas para aclarar la obra, la vigencia y los elementos que se consideran importantes destacar con respecto a Mariano Picón Salas”, indicó Olivar durante sus palabras de apertura.
Mariano Picón Salas humanista integral
“Voy a hacer un resumen muy apretado de Mariano Picón Salas. Para ello he organizado tres etapas: la primera entre 1901 y 1923, es su etapa merideña estamos hablando de un andino venezolano. Hay una segunda etapa que son 13 años que van desde 1923 a 1936, que son sus años de formación en Chile. Y hay una tercera etapa, la más larga de 29 años, que va de 1936 a 1965, en esos años la mayor parte del tiempo Picón Salas vivió fuera de Venezuela ejerciendo cargos diplomáticos o siendo visiting fellow en algunas universidades norteamericanas”, explicó Arráiz Lucca durante el inicio de su ponencia.
El también profesor del Departamento de Humanidades de la Unimet explicó que durante su obra autobiografía titulada Viaje al amanecer “recoge su experiencia infantil, adolescente y juvenil en Mérida” y cuando sale a “la conquista de Caracas”. Un libro que señala sus primeros años.
Durante la época en la que se radicó en Chile, Picón Salas egresó del Instituto Pedagógico de Chile en Historia y Geografía, y más tarde se especializó como Doctor en Filosofía y Letras.
Sin embargo, cuando culmina su etapa en Santiago, Picón Salas no regresa permanentemente a Venezuela. Arráiz Lucca recuerda que fue un periodo en el que pasó tiempo en su país natal, pero también viajando por compromisos diplomáticos o como “visiting fellow” de universidades en el exterior. Algunas de las ciudades que visitó fueron: “Praga, Washington, Nueva York, San Francisco, Bogotá, México, Los Ángeles, Puerto Rico, Río de Janeiro y París; estamos hablando de un trashumante, un hombre que tenía las maletas listas para irse a algún destino”. Añade que su obra autobiografía Regreso de tres mundos fue “un ensayo luminoso donde da cuenta de su experiencia europea”.
Aseguró que aunque Picón Salas destaca como ensayista, también tiene una obra narrativa que ha sido “poco valorada”: Buscando el camino (1920), Mundo imaginario (1927), Odisea de tierra firme (1931), Registro de huéspedes (1934) y Los tratos de la noche (1955).
Agregó que Picón Salas brilló en la reconstrucción de ensayos biográficos: Para un retrato de Alberto Adriani (1936), biografía de Francisco de Miranda (1946), Pedro Claver santo de los esclavos, biografía de Simón Rodriguez (1956) y Los días de Cipriano Castro (1953).
Formación y proceso de la literatura venezolana (1940), Cinco discursos sobre pasado y presente de la nación venezolana (1941), De la conquista de la independencia… Tres siglos de historia cultural hispano-americana (1944), Compresión de Venezuela (1948), Andrés Bello y la historia (1956), son los principales ensayos que destacan en la obra de Picón Salas.
Arráiz Luca señaló que la gran distinción de su obra es que “está escrita muy bien y hay una escritura luminosa”, además de la vasta cultura que poseía.
Por último, indicó que Picón Salasse dedicó también a fundar instituciones en Venezuela, como el Instituto Pedagógico Nacional en 1936, la Revista Nacional de Cultura en 1938, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela en 1946, y fue designado en 1964 presidente de la comisión creadora y organizadora del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (INCIBA).
Los años chilenos de Picón Salas (1923-1936)
Desde Chile, Froilán Ramos hizo un repaso por la vida de Mariano Picón Salas en esa nación.
Ramos aseguró que para entender la obra de los años 40 del venezolano hay que conocer su tiempo de formación en Chile. «La vida de Picón Salas en Chile puede dividirse también en tres momentos: su llegada al país en los años 20 y su tiempo como estudiante; su vida académica, familiar e intelectual; y por último la huella del país en el escritor venezolano».
Explicó que el «Chile que lo es de cambio político, debate, ebullición». Agrega que el país vivía un cambio importante en su República, lo que se traduce en «una década turbulenta y movimiento de experimentación en la política chilena».
Pese a ser todavía joven, el venezolano «estudió en el Instituto Pedagógico Pedagogía en Historia y obtuvo en 1927 el título de Profesor de Estado en Historia que le permitió la enseñanza en educación media».
Ramos reconoció que al ya haber tenido publicaciones, Picón Salas destacaba entre sus contemporáneos pues poseía una “vasta lectura en historia universal y un estilo muy mesurado para escribir». Por ello, en 1928 egresó como doctor en Filosofía y Letras, lo que le permitió ingresar a la Facultad de Bellas Artes y Filosofía en la Universidad de Chile como profesor de historia del arte y literatura en general.
En ese entonces, alegó Ramos, ya era conocido como un intelectual.
En febrero de 1928, Mariano Picón Salas contrajo matrimonio con Isabel Cento Manzo, profesora de literatura. Y de su unión nació Delia Isabel Picón Cento.
Durante los 13 años que residió en Chile, Picón Salas publicó ocho libros y colaboró con publicaciones en Revista Chilena (Santiago), Atenea (Concepción), Universal Gráfico (México), Repertorio Americano (Costa Rica), entre otras.
La huella de Chile en el escritor fue resaltante; en el país desarrolló un interés por estudiar América Latinoa como algo propio, pero también sintió a Chile como suyo. «No se sintió un extranjero en Chile a pesar de que siempre se sintió profundamente venezolano».
Su admiración por el país quedó demostrada en diversos escritos como Registro de huéspedes (1934) y Regreso de tres mundos (1959), donde «Chile aparece a través de retratos de memoria, sus rasgos autobiográficos y el valor sentimental de Picón Salas en esta época».
Mariano Picón Salas contra los totalitarismos
El profesor David Ruiz Chataing consideró que Mariano Picón Salas «fue un venezolano excepcional, uno de los más cultos y preparados para servir a su patria».
Agregó que la situación política de Venezuela lo “llevó a involucrarse en la vida pública del país». «Fue un diplomático que mantuvo una perspectiva liberal democrática, antitotalitaria, a la que le fue fiel durante su vida».
Ruiz Chataing también destacó que durante los primeros años de Picón Salas tuvo influencias de las convulsiones políticas y sociales de Europa, la Revolución Soviética, la Reforma de Córdova, la Revolución Mexicana, las luchas estudiantiles antidictatoriales, y las luchas de los estudiantes en Venezuela contra la dictadura del general Juan Vicente Gómez.
Todas las experiencias vividas en la política venezolana, sus años en Chile y su trayectoria como diplomático lo formaron como un «liberal un tanto anacrónico». «Se esforzó por conocerse y liberarse a sí mismo, madurar su conciencia y apaciguar el furor con la cultura y los goces estéticos».
Además, a través de la lectura de grandes pensadores, Picón Salas se «deshizo de la idea de tener la verdad absoluta».
Sus escritos, señaló el profesor, revelan su pensar sobre lo que América Latina puede ofrecer: «oportunidades de vida próspera y libre a los hambrientos pueblos europeos». Consideraba que muchos estaban «famélicos, no solo de alimentos para el cuerpo, también tolerancia, concordia y sosiego».
Ruiz Chataing destacó la importancia de haber sido “testigo de excepción de los grandes acontecimientos del siglo XX. “Su función diplomática que lo llevó a Europa en diversas oportunidades le permitieron observar de cerca las guerras mundiales, las crisis del capitalismo internacional y el surgimiento del fascismo, nacismo y el régimen soviético».
Lo que lo llevó a «intentar diseñar una política latinoamericana y venezolana ante ellos».
Durante su intervención, David Ruiz Chataing hizo un breve repaso por las acciones y el pensar de Mariano Picón Salas, donde aseguró que él se asumió “como parte de un comando que generaba políticas a favor de los latinoamericanos y lo hace desde una perspectiva socialista-democrática. Reivindica la república general y la democracia».