ISSA 5000: Un Nuevo Horizonte para el Aseguramiento de la Sostenibilidad
La globalidad y la dilución de las fronteras físicas para hacer negocios ha convertido a la sostenibilidad en una prioridad estratégica y transversal para gobiernos, empresas, comunidades e inversionistas; siendo que la información relacionada a los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) exige cada vez mayores niveles de confiabilidad, verificabilidad, comparabilidad y transparencia. La creciente presión de los grupos de interés ha transformado significativamente la divulgación de la sostenibilidad, convirtiéndola en un componente esencial del desempeño organizacional, y con ello paralelamente, se ha intensificado la demanda de servicios de aseguramiento que validen la veracidad e integridad de los datos reportados. Sin embargo, la ausencia de un marco normativo internacional específico que rija de modo específico este tipo de aseguramiento generaba hasta ahora notables vacíos de calidad y consistencia. Por ello, en respuesta a este desafío, la Junta de Normas Internacionales de Auditoría y Aseguramiento (IAASB) emitió en el mes de noviembre del año 2024 la Norma Internacional de Aseguramiento de Sostenibilidad 5000 (ISSA 5000), un instrumento normativo que marca un antes y un después al redefinir la forma en que los profesionales de la contabilidad abordamos los encargos de aseguramiento no financiero.
Primeramente, es necesario brindar un poco de contexto, pues el surgimiento de la ISSA 5000 no es un hecho que podamos catalogar de aislado, sino que es el resultado de un proceso estratégico y consultivo que inició en el año 2022 a partir de la articulación de los intereses de una red diversa de actores globales que involucraron desde la International Sustainability Standards Board (ISSB) y la Global Reporting Initiative (GRI), hasta la Comisión Europea, la Security and Exchange Commission (SEC) de los Estados Unidos, la International Organization of Securities Commissions (IOSCO), el International Forum of Independent Audit Regulators (IFIAR) y otros reguladores claves. El objetivo común que unió a todos estos actores internacionales era evitar la fragmentación de los estándares de aseguramiento en sostenibilidad, para sí construir un marco que fuera técnicamente robusto, éticamente exigente y operativamente adaptable. El proyecto fue guiado por el Public Interest Framework, a los fines de asegurar que cada disposición respondiera fehacientemente a criterios de oportunidad, relevancia, exigibilidad, coherencia y, sobre todo, aplicabilidad global. El proceso de consulta pública de la norma llevado a cabo entre los meses de agosto a diciembre del año 2023 obtuvo una gran acogida, recibiendo multiplicidad de comentarios técnicos que permitieron paulatinamente afinar su aplicabilidad en diversos contextos y resolver ambigüedades, esencialmente con relación a la interacción de esta norma con otras como la ISAE 3410, referida a las orientaciones sobre los aspectos procedimentales de autorías o revisiones de información relacionada con emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
La ISSA 5000 no solo establece requisitos del más alto nivel técnico, sino que redefine los pilares fundacionales del aseguramiento profesional en materia de sostenibilidad, pues a diferencia de los enfoques antecesores basados en la Norma Internacional de Encargos de Aseguramiento 3000 (ISAE 3000), esta nueva norma proporciona directrices mucho más específicas sobre cómo abordar los compromisos de aseguramiento en función del tipo de información, el marco de reporte, el nivel de seguridad requerido (ya sea razonable o limitado) y los riesgos que están asociados a la materialidad de las divulgaciones. La norma, por tanto, se aplica exclusivamente a compromisos de atestiguamiento, es decir, aquellos en los que el profesional independiente evalúa la información preparada por la entidad conforme a los criterios aplicables, sin involucrarse en su elaboración. Se trata entonces de un enfoque salvaguarda no solo la independencia, sino también la objetividad y la utilidad del juicio profesional, asegurando en todo momento que el informe resultante sirva como una herramienta confiable para los usuarios previstos.
Uno de los elementos diferencia y a su vez enfatiza ese potencial transformador que tiene la norma, es la claridad con la que exige el cumplimiento del código de ética del IESBA, en especial, cuando incluye sus estándares de independencia, como condición sine qua non para ejecutar encargos bajo ISSA 5000. Establece, además, que las firmas responsables del aseguramiento deben sujetarse al estándar ISQM 1 o a un sistema de gestión de calidad que sea equivalente, ya que de este modo la calidad no se ve limitada al resultado del desempeño individual, sino también al sistema organizacional que lo respalda. Esta suerte de reingeniería que conjuga la ética y técnica se convierte en un resguardo fundamental en un terreno tan sensible como lo es la sostenibilidad, en donde las omisiones, la negligencia, las complacencias, las ambigüedades o afirmaciones no verificables pueden generar un conjunto de consecuencias negativas a nivel reputacional, legal y social.
Un rasgo destacable es la manera en que la norma aborda con detalle cada una de las fases del compromiso de aseguramiento: desde la aceptación y continuidad, que requiere evaluar los riesgos éticos implícitos y la idoneidad del encargo, hasta la planificación, la evaluación de riesgos de incorrección material, la obtención de las evidencias, la valoración de los eventos posteriores, las representaciones escritas de la gerencia, hasta finalmente producir la emisión de la conclusión.
El profesional debe evaluar de manera crítica la idoneidad de los criterios utilizados por la entidad para preparar su información de sostenibilidad, los cuales pueden estar establecidos en marcos normativos reconocidos internacionalmente, pueden estar incorporados o comprendidos en regulaciones nacionales, o ser desarrollados internamente por la misma entidad, siempre y cuando se cumplan con los requisitos de relevancia, comprensibilidad, fiabilidad, neutralidad y verificabilidad, para de este modo, producir el informe final que deberá detallar claramente el alcance del encargo, el marco de referencia utilizado y el tipo de conclusión emitida, indistintamente de que sea razonable o limitada.
La ISSA 5000 cuenta además con un aspecto clave que marca un hito, a saber, su enfoque sobre la escalabilidad. La norma está diseñada de modo tal que le permite ser aplicada a entidades de todos los tamaños, de todas las naturalezas y niveles de complejidad, permitiendo adaptar los procedimientos de aseguramiento a esas particularidades y circunstancias propias del encargo sin comprometer en ningún momento la calidad ni la credibilidad del resultado. Esta flexibilidad metodológica tan trascendental se complementa con exigencias de documentación rigurosa, supervisión y revisión interna, así como con la comunicación efectiva que debe entablarse con la alta dirección y los órganos de gobernanza.
En el caso de América Latina y en especial para Venezuela, la implementación de la ISSA 5000 representa una oportunidad dorada para modernizar el ejercicio profesional y fortalecer la confianza en los mercados de capitales regionales que han decidido apostar y orientar sus operaciones en pro de la sostenibilidad y la agenda 2030. A medida que los inversores internacionales exigen cada vez más la verificación independiente de la información ambiental, social y de gobernanza (ASG), las empresas latinoamericanas que cuenten con un aseguramiento acorde a la ISSA 5000 podrían mejorar significativamente su perfil de riesgo, su acceso a financiamiento sostenible, pero principalmente, su legitimidad ante los actores internacionales. Empero, debemos tener plena conciencia de que este avance impone también un conjunto de desafíos considerables que parten por la creciente necesidad de realizar una profunda transformación en los programas académicos, en los procesos de formación, capacitación y actualización continua en los marcos regulatorios nacionales, que deben adaptarse a las nuevas realidades, exigencias técnicas, éticas y profesionales que requiere la norma.
Es importante destacar que más allá de su dimensión y enfoque técnico, la ISSA 5000 consolida una visión holística transformadora del rol del contador público en el siglo XXI, pues este no solo debe fungir como garante de la información financiera, sino también, como custodio de la integridad y la transparencia en un mundo que reclama a gritos y con urgencia que las decisiones que se tomen sean responsables, informadas y sostenibles. Recordemos que esta norma no solo mejorará la calidad del aseguramiento, sino que redefinirá los estándares globales de lo que significa real y verdaderamente ejercer con excelencia, ética y compromiso con el interés público. El horizonte que se vislumbra con la ISSA 5000 es desafiante, pero también esperanzador, es un panorama que nos invita como Unimetanos a consolidar esos valores rectores de nuestra casa naranja. Estamos llamados a liderar, a emprender, a respetar, a colaborar, a seguir comprometidos con el desarrollo sostenible, y a elevar el impacto social de nuestra amada profesión en un momento en el que la sostenibilidad ya no es una opción, sino un imperativo ético, económico y humano.
Car-Emyr Suescum Coelho
https://orcid.org/0000-0003-1104-7800












