Tres visiones de la democracia en Venezuela

Para hablar de democracia se dieron cita, en el foro virtual Visiones sobre la Democracia, el profesor y Decano de la Universidad Metropolitana (Unimet), Guillermo TellAveledo, el también profesor unimetano, David Ruiz Chataing y el historiador y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), Richard López. La jornada fue organizada por la Facultad de Ciencias y Artes y el Departamento de Humanidades y moderada por la profesora y Directora de la Escuela de Estudios Liberales, María Eugenia Perfetti.

Correspondió al profesor Guillermo TellAveledo abordar la visión social cristiana de la democracia. Para aproximarse a ella hizo un repaso por el libro Especificidad de la democracia cristiana (1972)de Rafael Caldera.

«La democracia cristiana es difícil de asir, difícil de operacionalizar, pero tiene como continuidad que, al estar anclada a los valores del catolicismo, uno diría incluso a la escolástica católica, tiene una visión peculiar que es distinta a nuestro horizonte político ordinario», aseguró el Decano de la Facultad de Estudios Jurídicos y Políticos.

A propósito de la visión de Caldera, uno de los máximos exponentes de la democracia cristiana en Venezuela, Aveledo aseguró: «Caldera dice, la democracia es el gobierno del pueblo, pero ese gobierno del pueblo ha sido realizado apenas muy imperfectamente (…) para Caldera esto es esencial, el problema de cómo la democracia representativa, la democracia burguesa, la democracia de occidente, lleva cierta desilusión que solo una visión más profunda de la democracia podría salvaguardar».

Acerca del ascenso al poder de los demócratas cristianos en Venezuela y el mundo, el profesor Aveledo explicó que «en rigor los partidos demócratas cristianos no fueron mayoritarios casi en ningún país. Salvo en Europa». De resto han gobernado en coaliciones. No llegaron nunca al poder de manera absoluta.

«Es difícil dar una visión general de cómo la izquierda se aproxima al tema de la democracia», con esa afirmación introdujo su participación el historiador Richard López, y prosiguió: «primero, porque hay un problema en términos históricos: no hay una izquierda, realmente hay muchas izquierdas». Para el también docente universitario esa «variopinta expresión de las izquierdas» también ha tenido la particularidad de cambiar en diferentes tiempos históricos.

En su acercamiento a lo que llamó «las izquierdas venezolanas», el profesor López,  logró ubicarlas en al menos dos tiempos históricos: «un tiempo en el que la izquierda se está pronunciando y caracteriza a casi la totalidad de los movimientos políticos que se estaban empezando a gestar en Venezuela, en el siglo XX; y, posteriormente, una izquierda que va a cambiar porque ya no va a tener de cerca el peligro del fenómeno caudillista o del gomecismo». Asimismo, el docente universitario distinguió entre izquierdas más y menos radicales.

Finalmente, el profesor y también historiador, David Ruiz Chataing se aproximó al concepto de democracia social, también conocido como socialismo democrático. Usando como referente la evolución del concepto de revolución democrática en Rómulo Betancourt, expuso el proyecto de la social democracia «de la izquierda criolla».

Como Aprista y comunista se asumió en sus comienzos Rómulo Betancourt. Regresa a Venezuela luego de la muerte de Juan Vicente Gómez en 1936. Betancourt, de pensamiento marxista flexible, se encuentra con un país atrasado y entiende que debe haber una lucha democrática. «Radical en el análisis y muy moderado en las propuestas de acción, muy criticado por comunistas ortodoxos. Betancourt va construyendo un marxismo de tierra caliente, un marxismo adaptado a la realidad latinoamericana y a la realidad venezolana», dijo Ruiz Chataing.

Betancourt, explicó el académico, fue un hombre de partido y, ya para la década de los 40, incorporado a Acción Democrática, asume «la revolución» como cambios profundos, pero con democracia, «respetando el Estado de Derecho, respetando las libertades». Se aleja del comunismo y se acerca más a «una democracia con sentido social».

La reforma democrática de Betancourt contemplaba, entre otras cosas, industrialización, reforma agraria, alfabetización, elevar el nivel de vida del pueblo y sufragio universal directo y secreto; y sentó las

bases de que hoy se conoce como social democracia.

Al cierre de la actividad, la profesora Perfetti aseguró que jornadas como la realizada podrían ayudar a entender a las generaciones más jóvenes el alcance de la democracia venezolana «tan poco valorada en las dos últimas décadas».

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