Mujeres en la ciencia: un paso más cerca de la equidad

La lucha por la reivindicación de las mujeres en la sociedad se da todos los días del año, desde diferentes nichos, estratos y formatos. Sin embargo, el 8 de marzo es la fecha en la que todo confluye para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, que busca reconocer su búsqueda por una participación activa dentro de la sociedad, así como su emancipación y desarrollo íntegro como persona.

Es un día, impulsado por la UNESCO, organización que se encarga de promover la equidad entre hombres y mujeres con esta y otras efemérides, entre ellas, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se conmemora el 11 de febrero desde su proclamación en el año 2015. El objetivo de esta fecha es incentivar la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia desde la igualdad de oportunidades y el empoderamiento, así como desempolvar los nombres de muchas científicas que la historia ha dejado atrás.

Para las niñas y jóvenes es crucial contar con referencias en los campos de la ingeniería y las ciencias, así lo explica la catedrática española Carmen Fenoll, quien afirma que la consecuencia directa de referentes es que se perciban estas carreras como “cosa de hombres”.

La decana de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Metropolitana, Zulay Cassier, conoce de primera mano la importancia de las referencias para encontrar la vocación. En su caso, fue su madre, Olga Hugueto de Cassier, una de sus inspiraciones para perseguir una carrera en el área de la ingeniería.

“Mi mamá fue una de las primeras mujeres ingenieros de Venezuela, graduada en la Universidad Central de Venezuela. Era una promoción de aproximadamente doscientas personas y solo cuatro de ellas eran mujeres”, comenta la decana.

Desde primaria y secundaria sus habilidades se inclinaban más hacia las matemáticas, lo que terminó de empujarla hacia la carrera de Ingeniería en Materiales en la Universidad Simón Bolívar. Aunque asegura que durante su trayecto estudiantil no sufrió tuvo problemas por su género, el camino de su madre fue algo distinto.

“Para ella fue duro sentarse en aulas con ochenta hombres siendo la única mujer. A pesar de que nunca hubo alguna situación extrema de discriminación, sí sentía cierto acoso e incluso llegó a tener la sensación de que no iba a poder lograrlo”.

Los tiempos han cambiado desde entonces, y, hoy en día, las facultades de ingeniería venezolanas son espacios más balanceados en lo que a género se refiere. La decana Cassier ha sido parte de estudios sobre las mujeres en la ciencia, que arrojan que en Venezuela no existe una diferencia alarmante entre estudiantes hombres y mujeres en carreras científicas, como sí ocurre en otros países de América Latina.

“En la Universidad Metropolitana, por ejemplo, la proporción de mujeres y hombres en las carreras de ingeniería es casi mitad y mitad. Existen algunas como Ingeniería Mecánica o Ingeniería en Producción donde se siente más la diferencia, pero en promedio estamos bastante balanceados”.

Si bien es cierto que aún faltan muchos obstáculos por superar, la decana asegura que Venezuela es un país donde las mujeres que cuentan con los recursos necesarios y la determinación pueden encontrar un lugar en las facultades de Ingeniería.

Reconociendo el talento 

A la decana Cassier la acompañan Pilar Cuenca, María Eugenia Alvarez y Maria Eugenia Marante, mujeres ingenieros que han dedicado su vida a la investigación y las tareas científicas, además de encargarse de la dirección de las escuelas de Ingeniería de la Unimet, donde tienen la tarea de formar a los futuros profesionales científicos del país y el mundo.

Una mujer destacada dentro de ese grupo de profesionales es, por ejemplo, Carolina Cruz-Neira, graduada cum laude con un título en Ingeniería de Sistemas de la Unimet (1987), Cruz-Neira es miembro de la Academia Nacional de la Ingeniería estadounidense y pionera en las áreas de realidad virtual y visualización interactiva.

Es creadora de distintas tecnologías que se han convertido en herramientas estándar en la industria, el gobierno y la academia. Ha sido nombrada como una de las mejores innovadoras en realidad virtual y una de las tres mejores mujeres visionarias en su campo.

Charlando con las estudiantes 

Cada vez son más las mujeres que salen de las universidades del mundo con títulos científicos bajo sus brazos. En el caso de la Unimet se ve a diario, con jóvenes apasionadas por sus carreras que se preparan para formar parte del mundo de la ciencia y hacer un cambio positivo dentro de este.

Una de ellas es Andreina Mendoza, una estudiante de Ingeniería Química que nos cuenta qué la llevó a emprender este camino:

“Hubo dos cosas que me motivaron a perseguir una carrera en ciencias: mi amor por resolver problemas,  y la oportunidad de ser parte de un campo que hasta hace poco había estado predominantemente compuesto por hombres. Relacionada a la primera, disfruto mucho el proceso de indagar y buscar el mejor camino para conseguir una respuesta (…) Relacionado a la segunda, para mí representaba un reto importante el poder demostrar que también deben existir referentes femeninos en las áreas científicas”.

Andreina es fundadora junto a George Sanoja de la agrupación Chem-E-Car Unimet, que busca participar en la competencia del mismo nombre organizada por el Instituto Americano de Ingenieros Químicos. El objetivo de esta competencia es construir un carro que arranque y pare utilizando reacciones químicas con energías limpias.

Después de cuatro años de carrera, Andreína asegura que está rodeada de mujeres que la inspiran y la motivan para continuar destacando en su área, pero recuerda que no siempre contó con referentes.

“En retrospectiva, creo que no. Cuando empecé a interesarme en la química, sí recuerdo a Marie Curie como un ejemplo de inspiración y orgullo. Pero a inicios de mi formación y cuando escogí mi carrera, no recuerdo haber contando con referencias cercanas de mujeres en áreas de ciencia. Hoy en día sí he visto cómo el número de mujeres en esta área ha crecido (…) Me alegra ahora contar con ejemplos a seguir, pero me gustaría también haber contado con ello desde el principio”.

Menciona a la profesora María Eugenia Álvarez como un apoyo importante y fuente de inspiración en su carrera, al igual que lo hace otra estudiante, Gabriela Herrera, que cursa las carreras de Ingeniería Química e Ingeniería de Producción.

Para Gabriela, tampoco existieron muchas referencias en su niñez, pero le emociona saber que son más los nombres de mujeres en la ciencia. También menciona a Marie Curie y a Valentina Tereshkova, la primera mujer astronauta en el espacio.

Cuenta que fue su curiosidad lo que la llevó a interesarse por estudiar una carrera relacionada a la ciencia.

“A medida que fui creciendo me di cuenta de que me gustaba mucho el orden y la planificación y cuando estaba aplicando a la Unimet descubrí Ingeniería de Producción, carrera que desde el primer momento me enamoró. No fue sino hasta que empecé a desarrollar mi tesis de grado que me di cuenta de que quería seguir preparándome y fue cuando consideré complementar mi formación con Ingeniería Química”.

Actualmente, Gabriela está desarrollando su trabajo de grado sobre el diseño y estudio de factibilidad de una planta de utensilios bioplásticos en Venezuela, ya que la sostenibilidad es un tema que la apasiona.

En la Unimet también es un orgullo contar con egresadas destacadas que sienten una gran pasión por las ciencias. Así es el caso de María Elvira Lossada, recién graduada ingeniero de producción Summa Cum Laude. Durante su carrera, fue miembro de la Federación del Centro de Estudiantes (FCE) y representante estudiantil de su Escuela; la primera le permitió organizar eventos para la comunidad universitaria como el Seminario de Innovación en la Cadena de Suministros y el Seminario, ¿Cómo afrontar una entrevista laboral?

Desde pequeña, María Elvira se sintió atraída por la ciencia, por lo que quería ser capaz de comprenderla y explorarla a profundidad. “Desde bachillerato tenía claro que debía irme por esta rama, mas todavía me quedaba la decisión de seleccionar la carrera a la cual iba a dedicarme (…) Mi principal inspiración en ese momento era lograr formarme en una carrera científica, que además fuese tan versátil como es el caso de Ingeniería de Producción, que se puede aplicar y ejercer en un sinfín de contextos”.

La posibilidad de desarrollarse en varias áreas le llamó la atención, ya que considera que es “vital poder explorar diferentes escenarios para encontrar el que mejor se adapte a tus gustos y necesidades”.

En su experiencia, asegura que tuvo la oportunidad de contar con grandes profesionales dentro de su grupo de profesores, y aunque la mayoría de ellos eran mujeres, opina que todavía existe la posibilidad de que ese número aumente.

“Me atrevo a decir que, dentro del gremio de ingeniería en la Unimet, podemos continuar trabajando para aumentar el número de mujeres científicas, ya que, en mi opinión, en este aspecto no hay un techo que alcanzar porque entre más seamos, mucho mejor”.

Ir al contenido