Opinión: Implicaciones éticas y morales de ser cómplices en el homicidio de nuestra sociedad

liderazgo-valores¿Alguna vez has visto personas haciendo cosas incorrectas y no haz hecho nada al respecto? ¿Consideras que pasar cosas por alto sin decir nada es tan malo cómo las personas que ejecutan estas cosas? ¿Cómo te sientes sabiendo que en tus manos esta el cambio de la sociedad? ¿Crees que para cambiar el entorno el cambio comienza por el individuo? ¿Has evidenciado situaciones en las que un profesor pasa a un estudiante sin meritocracia? ¿La has comunicado a los superiores de la Universidad? ¿Lo has hecho tú? Cuando presenciamos este tipo de irregularidades debemos hacerlas llegar a una autoridad superior, para evitar que a futuro estas acciones se repitan y que personas irresponsables y deshonestas adquieran con facilidad un título universitario sin sustento en conocimientos y sin ética y respeto hacia los compañeros y otros profesores que los rodean. De lo contrario, ser cómplices en este tipo de situaciones podría ser mucho peor, pues se evidencia directamente como la sociedad venezolana se desmorona, considerando que necesita urgentemente personas con valores, principios y buenos modales que alivien el malestar social que evidencia el país, no solo con carreras y profesiones, sino con calidad humana, buenos valores y un desempeño y merito que sustenten tu título universitario.
Si la sociedad no está erguida sobre una base alimentada en virtudes, responsabilidad, profesionalismo, ética y valores, paulatinamente se irá derrumbando, pues no tiene calidad humana que la sustente y, por lo tanto, todo tenderá a venirse abajo si no se hace una adecuada administración y aplicación a todo el conjunto de principios y normas que deben regir nuestra sociedad. Como población estudiantil es importante atacar este hecho fraudulento que se evidencia en las universidades en el cual profesores pasan alumnos sin haber obtenido las calificaciones adecuadas o alumnos haciendo trampa en los exámenes al sacar material de apoyo, pues las universidades son las fuentes de conocimiento y de futuro que enriquecen el país a largo plazo, si desde temprana edad el profesional no actúa honestamente, ¿con qué tipo de profesionales contaremos en el futuro?
Si bien es cierto, cualquier estudiante en su sano juicio quiere graduarse rápido, no atrasarse y no repetir materias ni raspar exámenes, pero no se justifica por ningún motivo aceptar el hecho de que las personas se copien en los exámenes o les pidan a los profesores que le suban los puntos de la nota mediante cualquier solicitud fraude e ilegítima, pero, sobre todo, que el profesor acepte y coloque 10 en la nota definitiva de un estudiante. Porque exactamente, ¿Qué tipo de profesionales se están formando? ¿bajo que principios morales y éticos? Tal vez ahorita el estudiante prometa no repetir eso a futuro, pero el daño ya está hecho. El estudiante no es honesto, no conoce la materia y aun así la aprueba y continua, divagando con el contenido que nunca aprendió en aquel parcial durante lo que quede de su carrera y en el ejercicio de su profesión.
Lo importante es entender el daño que esto nos hace como sociedad y como habitantes de Venezuela. Es como evidenciar un asesinato sin hacer un mínimo intento por salvar a la persona o intentar ayudarla. Además, a largo plazo vamos a rodearnos de personas que no comparten nuestros valores, que no sienten un respeto por las normas y las leyes y no las cumplen, personas que por más que tengan títulos universitarios y conocimientos no entienden lo esencial de la vida: los valores y los principios éticos y morales que nos han inculcado durante todo nuestro trayecto. Por lo que será difícil contar con buenos empleados en empresas, un personal leal y honesto e identificado con las correctas normas que las organizaciones requieren y exigen hoy en día en nuestro país y en el mundo.
El cambio en la sociedad no puede ser manejado por políticos, como si de economía se tratase, pues es una responsabilidad que recae en todos y cada uno de nosotros. El cambio comienza por el particular, por cada individuo que decide ser una mejor persona, un mejor ciudadano, un mejor estudiante, un mejor profesional, un mejor padre, un mejor hijo, un mejor amigo, para que afecte positivamente su entorno e influya en la sociedad como conjunto. Si todos pensáramos de esta manera la sociedad sería diferente, pues se vería influenciada por el efecto multiplicador que tienen las acciones de los ciudadanos, pues una acción buena origina otra acción buena. No callemos las injusticias ni las irregularidades ilegitimas que atentan contra la sociedad, denunciemos todas las acciones que nos incomodan y que nos parecen injustas, la sociedad adecuada es aquella que esta compuesta con personas con alta calidad humana, valores, virtudes y una ética que define positivamente a la persona en el desenvolvimiento cotidiano con sus acciones. No busquemos entre nosotros culpables, ni esperemos que otros empiecen lo que debemos realizar todos, para que no sea demasiado tarde y se geste un mostro que podría destruir la sociedad a posteriori, cuando las personas que nos rodean no sean honestas, leales y fieles a sus principios éticos y morales, incluyéndonos a nosotros mismos. Luchemos por recuperar esa sociedad que hemos perdido, siendo mejores personas y sin hacer de las excepciones una norma, sin justificar por ningún motivo acciones incorrectas, pues si bien es cierto muchas cosas hoy en día en Venezuela no funcionan correctamente, continuar con esta actitud de hacer todo por salir del paso, porque “si los demás lo hacen yo también lo puedo hacer”, porque “si es ilegal no importa porque las leyes aquí no funcionan”, pues solo estamos apagando el fuego con gasolina y estamos participando en la inminente y alarmante pérdida de la sociedad.
María Eugenia García, estudiante de Economía Empresarial

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